La cumbre de la OTAN que ayer concluyó en Estambul (Turquía) ha reforzado el papel de Europa en el ámbito de la seguridad internacional y su capacidad de influencia política en el mundo. La cumbre ha servido básicamente para restablecer el diálogo transatlántico tras la fractura causada por la guerra de Irak, pero no ha permitido superar esas divisiones y ha erosionado aún más el poder de convicción de Washington.

Los líderes de los 26 países aliados acordaron ceder a final de año la misión militar de estabilización de Bosnia a la Unión Europea (UE) a través del Eurocuerpo que, asimismo, asumirá en agosto el mando de la fuerza internacional de seguridad de la OTAN en Afganistán (ISAF). La firmeza de Francia, Alemania y España ha frustrado los planes de EEUU de involucrar militarmente a la OTAN en Irak, y de paso ha demostrado la influencia determinante del núcleo europeo en el seno de la Alianza.

AMBICION DE LA UE La misión militar de Bosnia, desempeñada en la actualidad por unos 7.000 soldados, se convertirá en la operación militar más ambiciosa de la UE, después de haber estrenado sus nuevas capacidades militares en Macedonia y en la República Democrática del Congo. La OTAN se había resistido hasta ahora a entregar la misión de Bosnia, por las reticencias de los estadounidenses a la creciente autonomía europea en materia de seguridad. Por eso, EEUU ha insistido en mantener un cuartel testimonial de la OTAN en Sarajevo.

Francia, al frente del Eurocuerpo, pasará a dirigir la ISAF en agosto, justo cuando esta misión de estabilización de la OTAN entra en una fase crucial para el futuro del país y para la credibilidad de la Alianza. La OTAN prometió ayer al presidente afgano, Hamid Karzai, incrementar los soldados desplegados en el país de 6.472 a 8.700 durante el periodo electoral de septiembre, más otros 1.200 de reserva fuera del territorio.

El presidente afgano no quedó muy impresionado y pidió a los aliados que cumplan con rapidez esos compromisos. "Necesitamos la seguridad ahora, no mañana", declaró.

La cuestión afgana propició un nuevo choque entre el presidente norteamericano, George Bush, y su homólogo francés, Jacques Chirac. Bush intentó que la OTAN enviara a Afganistán su recién creada Fuerza de Respuesta Rápida, para poder reducir su esfuerzo militar en ese país. Al final se acordó, como compromiso, mantener esa fuerza en estado de alerta por si surge una emergencia.

Antes de abandonar Estambul, Chirac volvió a recordar que la OTAN "no intervendrá en Irak". El papel de la Alianza, recalcó, se limitará a "cooperar con los países aliados que quieran contribuir a la formación de las fuerzas iraquís".

Chirac consideró normal que existan divergencias con Estados Unidos en política internacional. "Somos amigos, aliados, no siervos", señaló, para recordar a continuación que los hechos han demostrado que Francia "no se equivocó" en su estrategia sobre Irak.

Por su parte, el ministro de Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, destacó ayer tras la cumbre que el Gobierno "defiende los intereses de España sin hacer seguidismo de otros países". Durante su comparecencia, Moratinos eludió concretar la aportación militar española al refuerzo de la misión de la OTAN en Afganistán hasta que consulte al Congreso, mañana.