El vídeo de un padre sirio en el que simula ante su hija que las bombas que caen son un juego divertido del que se pueden reír se ha vuelto viral para denunciar la situación de la infancia en las zonas de guerra.

La grabación, en modo selfie, del padre con su hija de 4 años, muestra cómo el progenitor creó un juego en el que simulaba que las bombas eran de aviones de juguete, al estilo de la película 'La vida es bella', de Roberto Benigni, en la que un padre hacía creer a su hijo que el campo de concentración nazi en el que estaban era un escenario de mentira y que están allí para ganar un tanque.

La historia real aquí es la de Abdullah y su familia, que huyeron desde Sarakib a Sarmada huyendo de las bombas del régimen sirio y sus aliados rusos. "Los niños están teniendo crisis psicológicas por los bombardeos. Intento que los vean como un motivo de felicidad y que piensen que no dan miedo sino risa. Así la niña está feliz y jugando", afirma en declaraciones a un diario turco.

La ONU ha alertado este lunes de la "horrible" situación que se vive en el noroeste de Siria, donde cree que se han registrado 900.000 personas desplazas desde el 1 de diciembre, la gran mayoría mujeres y niños, por lo que ha pedido un alto el fuego.

CAMPAMENTOS LLENOS

"Están traumatizados y obligados a dormir al aire libre con temperaturas gélidas porque los campamentos están llenos. Las madres queman plástico para mantener calientes a los niños. Los bebés y los niños pequeños mueren a causa del frío", relata Mark Lowcock, sobsecretario de la ONU para asuntos humanitarios en un comunicado.

Según ha explicado, la violencia en el noroeste de Siria es indiscriminada y los centros de salud, las escuelas, las zonas residenciales, las mezquitas y los mercados se han visto afectados. "Las escuelas están suspendidas, muchas instalaciones de salud han cerrado. Existe un grave riesgo de brotes de enfermedades. La infraestructura básica se está desmoronando", alerta el representante de Naciones Unidas sobre el terreno.

Lowcock dice que está recibiendo informes de que los asentamientos para personas desplazadas están siendo "atacados", lo que deriva en muertes, heridos y más desplazamientos.

"Está en marcha una gran operación de ayuda, al otro lado de la frontera con Turquía, pero está saturada. Los equipos e instalaciones que utilizan los trabajadores humanitarios están siendo dañados. Los propios trabajadores humanitarios están siendo desplazados y asesinados", alerta Lowcock, quien describe la situación en la zona como "horrible".