Con unas aulas escasamente concurridas, las seis escuelas de la ciudad de Beslán, en Osetia del Norte, retomaron ayer las clases tras la trágica toma de rehenes por un comando checheno, durante el cual perdieron la vida al menos 339 personas. Muchos padres admitieron que, por el momento, no pensaban enviar a sus hijos al colegio, y exigieron medidas de seguridad adicionales. Según France Presse, en algunos establecimientos escolares sólo asistieron el 20% de los alumnos.

"No he permitido a mis hijos acudir al colegio. Tengo tres hijos que van a la escuela número 3 y no les he dejado ir porque pienso que no hay suficientes medidas de protección", confesó una madre preocupada de Beslán a la cadena NTV.

Albina Jadartseva, vicedirectora de la escuela número 3 de Beslán, aseguró que, más que reiniciar las clases, lo que pretenden las autoridades escolares durante el resto de la semana es que los padres recuperen la confianza y envíen de nuevo a sus hijos a los colegios: "En estos días, los padres vienen con sus niños, examinan la situación, ven con sus ojos que tenemos unas fuerzas de protección adecuadas, comprueban que todo va bien en la escuela". Jadartseva cree que, a partir del lunes, las clases se normalizarán.

MINUTO DE SILENCIO La jornada escolar comenzó con un minuto de silencio. Posteriormente, los niños se dirigieron a la escuela número 1, escenario de la tragedia, para depositar ramos de flores. El miedo de los supervivientes y vecinos de Beslán contrasta con la ira de las familias de los muertos. Diez días después del final del secuestro, un total de 85 cuerpos quedan todavía por identificar en vagones frigoríficos en la estación de mercancías de Vladikavkaz, capital de Osetia del Norte.