"Apelamos a todos los muyahidines combatientes islámicos de la península Arábiga a unirse y a atacar los recursos petroleros, que no sirven a los intereses de la nación islámica, sino a sus enemigos". Esta última amenaza --colgada ayer en una página de internet por el ala de Al Qaeda en la península-- obligó ayer a reforzar la seguridad de las compañías petroleras en el golfo Pérsico. Este mensaje llegó tres días después de otro de Osama bin Laden en el mismo sentido.

5.000 VIGILANTES La compañía saudí Aramco, que controla la explotación de las abundantes reservas saudís, emitió un comunicado en el que reseñaba su intención de "fortalecer" la seguridad en sus instalaciones.

En abril, el presidente de la empresa, Abdulá Yuma, ya explicó que la compañía emplea a unos 5.000 guardias de seguridad y está equipada con helicópteros, barcos, cámaras de vigilancia y otros equipos de protección. El texto publicado ayer en la web tiene un objetivo: "Liberar a la región de infieles y tiranos".

El mensaje de Bin Laden del jueves no cayó en sacó roto. Entre el viernes y el sábado, grupos de insurgentes iraquís atacaron al menos cinco oleoductos en el norte de Irak, lo que obligó a interrumpir la exportación.