Al menos 21 personas murieron este miércoles y otras 20 resultaron heridas en un atentado suicida al paso de una furgoneta policial próxima a un colegio electoral en la ciudad occidental paquistaní de Quetta, en el primer ataque esta jornada durante las elecciones generales en Pakistán.

"Hay 21 muertos y 20 heridos en el ataque. Un suicida se inmoló al paso de una furgoneta policial en el exterior de un colegio electoral. Entre los muertos hay votantes y puede haber también algún policía", afirmó a Efe un portavoz de la Policía de Quetta, Muhammed Ramzan.

Pakistán vive hoy unas elecciones generales que se disputan el exjugador de críquet Imran Khan y Shahbaz Sharif, hermano del encarcelado Nawaz Sharif, y que han estado marcadas por las supuestas interferencias del Ejército paquistaní.

Estas elecciones son las segundas en la historia del país en las que un Gobierno acaba un mandato completo y da paso a un nuevo Ejecutivo, tras haber sido gobernado por dictaduras militares la mitad de sus 71 años de historia desde su fundación en 1947.

LLAMAMIENTO A LOS VOTANTES

Los ruidosos mítines electorales y los vehículos circulando con canciones pidiendo el voto para los partidos se silenciaron un día antes de la votación a la que están llamados a partir de las 8.00 hora local (3.00 GMT) 105 millones de paquistaníes en 85.000 colegios electorales.

Una de las pocas voces en romper el silencio de la jornada de reflexión fue el presidente de la Comisión Electoral de Pakistán (ECP), Mohamed Raza, que pidió a los votantes que cumplan con su "obligación" con responsabilidad.

"Estamos tratando de hacer todo lo que podemos por unas elecciones libres, legítimas e imparciales", afirmó Raza en un vídeo difundido por la ECP.

Las declaraciones del responsable de organizar las elecciones se producen después de las constantes acusaciones por parte de partidos políticos y grupos de derechos humanos acerca de las supuestas interferencias llevadas a cabo por "los poderes establecidos", eufemismo con el que se hace referencia al Ejército en el país.

La ONG Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP) puso en duda la legitimidad de las elecciones "más sucias" de la historia del país con "un descarado" intento de amaño.

HERMANO EN PRISIÓN

La Liga Musulmana de Pakistán (PML-N) de Shahbaz ha denunciado casos judiciales contra sus miembros, presiones para que algunos de sus candidatos abandonen el partido y acoso para evitar que regrese al poder tras lograr una mayoría absoluta en 2013.

El hermano de Shahbaz, Nawaz Sharif, se encuentra en prisión tras ser condenado a 10 años de cárcel por corrupción a principios de este mes, después de haber sido inhabilitado como primer ministro por parte del Tribunal Supremo en julio de 2017.

Nawaz ha denunciado que fue inhabilitado porque su Gobierno acusó de traición ante los tribunales al exdictador militar Pervez Musharraf, quien lo expulsó del poder en un golpe incruento en 1999.

El Partido Popular de Pakistán (PPP) presidido por Bilawal Bhutto, hijo de la asesinada primera ministra Benazir Bhutto, ha apoyado esas denuncias y ha afirmado que el PTI de Khan recibe apoyos de "los poderes establecidos" para imponerse en los comicios.

Por su parte, Khan, del Pakistán Tehreek-i-Insaf (PTI), se encuentra más cerca que nunca de ocupar el despacho del primer ministro después de dos décadas en política con un discurso anticorrupción y contra las elites tradicionales.

"El pueblo de Pakistán debe salir y votar mañana en estas históricas elecciones. Es la primera vez en cuatro décadas que la nación tiene una oportunidad de derrotar al status quo", escribió hoy en la red social Khan, a pesar de tratarse de la jornada de reflexión.

DESMENTIDO DEL EJÉRCITO

El Ejército ha negado interferir en los comicios y ayer a última hora de la noche informó de que había terminado de desplegar los 371.000 soldados que se harán cargo de la seguridad durante la votación.

Varios sondeos colocan ligeramente por encima al PTI, mientras que otros otorgan una pequeña ventaja al PML-N y ninguno augura una mayoría clara de uno de los dos partidos.

Unos 800.00 soldados y policías se harán cargo de la seguridad después de que varios atentados durante la campaña electoral causasen alrededor de 180 muertos.

En uno de los peores ataques de la historia de Pakistán, al menos 153 personas murieron en un atentado suicida en un mitin electoral en la provincia occidental de Baluchistán el pasado 13 de julio, que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).