Yasir Arafat está en manos de Dios". En una rueda de prensa en París, el ministro de Exteriores, Nabil Shaat, informó ayer de que el presidente palestino "sigue vivo", pero en un estado de coma "cada vez más profundo". Con estas noticias y en medio de informaciones que ya daban al rais por muerto, la delegación palestina que ayer visitó a Arafat en París regresó por la noche a Ramala, donde parece cuestión de tiempo que se anuncie el fallecimiento del gran símbolo palestino. De hecho, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) confirmó que ya están en marcha los preparativos para su entierro en la Mukata de Ramala.

No lloró Shaat --como sí hizo el negociador jefe palestino, Saeb Erekat, en Ramala--, pero sus palabras en un hotel de París dejaron poco margen para la esperanza al pueblo palestino. A pesar de que "su corazón, su cerebro y sus pulmones funcionan", Arafat está en una situación "muy difícil", dijo Shaat, quien descartó la posibilidad de la eutanasia o la desconexión del respirador artificial al que se encuentra conectado el rais "porque los musulmanes no aceptan estas medidas".

NO HAY DIAGNOSTICO El ministro añadió que aún no hay "un diagnóstico completo" de la enfermedad que sufre Arafat, pero precisó que los médicos del Hospital militar de Percy han descartado las hipótesis del cáncer o del envenenamiento. Shaat indicó que los médicos se inclinan por un deterioramiento causado por la edad y "la deplorable situación en la que ha vivido en los últimos tres años y medio, confinado en una oficina prácticamente sin oxígeno, y asediado por Israel".

Con esta comparecencia, culminaba la visita relámpago a París de una delegación palestina de máximo nivel compuesta por el primer ministro de la ANP, Ahmed Qurei, el número dos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Mahmud Abbas, el presidente del Parlamento palestino, Raui Fatú, y Shaat.

Tras entrevistarse con el presidente francés, Jacques Chirac, y su ministro de Exteriores, Michel Barnier, Qurei fue autorizado a visitar al rais en su habitación del Hospital militar de Percy en representación de todo el grupo. La visita se efectuó después de que, según explicó Shaat, todos ellos se abrazaran con la mujer de Arafat, Suha, que el día anterior los había acusado de querer "enterrar vivo" a su marido. "Está pasando unos momentos muy difíciles", disculpó Shaat a Suha.

LA OPCION ISRAELI Mientras, en Ramala --y a pesar de que Shaat había calificado de "indecente" hablar de funerales mientras el presidente palestino siga con vida--, Erekat y el asesor de Arafat Tayeb Abdel Rahim informaron de que el rais será enterrado en la Mukata de la ciudad cisjordana. Fuentes anónimas del Gobierno de Ariel Sharon aseguraron que el Ejecutivo no se opondrá a enterrarlo en Ramala, aunque hasta ahora siempre había argumentado que hacerlo en Cisjordania supondría un alto riesgo para la seguridad y su opción era la franja de Gaza.

La intención de los palestinos, dado que Israel nunca permitirá que los restos de Arafat descansen en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, es convertir la Mukata --el lugar donde Arafat ha sido aislado y bombardeado en estos últimos tres años por Israel-- en un mausoleo, en un centro de peregrinaje.

A partir del momento en que se anuncie su muerte, un nuevo caballo de batalla será la presencia de dignatarios extranjeros en el entierro. Según fuentes diplomáticas citadas por el diario israelí Haaretz, ni EEUU ni la UE prevén enviar jefes de Estado, sino que asistirán los ministros de Exteriores. Los países árabes y musulmanes que no reconocen a Israel deberán efectuar un difícil encaje de bolillos para asistir.