"No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza, vergüenza que siento por el daño irreparable causado a niños por ministros de la Iglesia”, ha dicho este martes el papa Francisco durante su encuentro con la presidenta saliente de Chile, Michelle Bachelet. “Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se repita”, ha añadido el Pontífice, quien inició el lunes por la noche en Santiago su sexta gira pastoral latinoamericana, que lo llevará también a Perú.

“Bienvenido, papa Francisco, le abrimos las puertas a un amigo”, ha dicho la anfitriona, y le ha recordado que, a diferencia del país que había visitado en 1987 Juan Pablo II, durante la dictadura del general Augusto Pinochet, “hoy Chile es otro”. En tres décadas ha pasado “del dolor a la esperanza”. Para el presidente electo, Sebastián Piñera, el reconocimiento de los abusos sexuales por parte del Papa “es una buena señal”.

Escándalo y descrédito

El argentino Jorge Bergoglio oficia este martes la primera de las misas masivas que tiene previstas en Chile. Se espera que profundice su renovada opción por los menos favorecidos y sus críticas al liberalismo. Pero los escándalos de abusos sexuales que, de acuerdo con la oenegé Bishop Accontability, involucran a 78 sacerdotes, hermanos y monjas, no han hecho más que profundizar el descrédito de la Iglesia local y, de alguna manera, condicionan su visita. Las víctimas le reclaman al pontífice algo más que una petición de perdón. En una carta abierta a Francisco publicada por el semanario 'The Clinic', James Hamilton pidió al Papa que los reciba. “¿No nos crees? ¿O a pesar de creernos, la consanguinidad de la curia prevalece?”.

Hamilton fue uno de los que denunciaron en su momento a Fernando Karadima, quien fuera el sacerdote preferido de la élite capitalina y debió ser apartado de sus funciones. La designación como obispo de Osorno de Juan Barros, acusado de encubrir a Karadima, provocó indignación entre las víctimas. “¿Por qué se permite el traslado silencioso de estos clérigos a otras parroquias e incluso otros países o continentes, donde miles de menores y adolescentes se siguen exponiendo a estos depredadores? ¿Cómo se dejó a numerosos sacerdotes ya identificados como pedófilos y abusadores a cargo de colegios hogares de menores?”, se quejó Hamilton en su carta.

El caso de los Maristas

El reconocimiento de los Hermanos Maristas de su pasividad frente a las denuncias de abusos sexuales por parte de los religiosos a menores de edad, revelado por 'El Periódico' días atrás, también ha marcado las vísperas de la llegada de Francisco.

“La pluralidad étnica de esta nación exige ser contemplada sin dogmatismos”, ha pedido en otro orden Bergoglio, quien mañana visitará Temuco, 680 kilómetros al sur de Santiago, en el corazón de la Araucanía. Se trata de la zona más pobre de Chile. Ahí, el papa tendrá su parada más compleja. La ceremonia religiosa, a la que asistirán unas 400.000 personas, se realizará muy cerca de terrenos que los mapuches reclaman como propios. En la mañana del martes hubo en esa zona dos atentados contra parroquias.