El Papa ha llegado este sábado a Dublín con palabras de perdón por los abusos sexuales de los eclesiásticos a cada paso. Francisco, que asiste al Encuentro Mundial de las Familias hasta el próximo lunes, ha admitido el fracaso de la Iglesia irlandesa en afrontar adecuadamente lo que denominó "crímenes repugnantes de los abusos" a menores y ha pedido esfuerzo para adoptar normas severas y que no se vuelvan a repetir.

En su primer discurso ante las autoridades irlandesas, Francisco ha declarado: "No puedo dejar de reconocer el grave escándalo causado en Irlanda por los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia encargados de protegerlos y educarlos". Y reconoció que "el fracaso de las autoridades eclesiásticas - obispos, superiores religiosos y sacerdotes - al afrontar adecuadamente estos crímenes repugnantes ha suscitado justamente indignación y permanece como causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica".

El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, ha defendido la necesidad de construir "una nueva relación entre el Estado y la Iglesia" en Irlanda tras los graves casos de abusos recientemente destapados, una "historia de tristeza y vergüenza" en palabras del propio Varadkar.

Varadkar se ha referido expresamente a escándalos como los de las Lavandería de la Magdalena, los Hogares Madre e Hijo, las escuelas industriales, las adopciones ilegales y a los abusos contra menores por parte de religiosos. Por todo ello, ha defendido que la religión ya no puede ser el centro de la sociedad, aunque aún conserve en ella un lugar importante, como el que realiza en colegios y hospitales, que agradeció expresamente.