Cuatro días después de la tragedia del mar Rojo que causó la muerte de 148 personas, la mayoría franceses, el ministro de Transportes de Francia, Gilles de Robien, anunció ayer un plan para reforzar los controles de las compañías aéreas extranjeras, así como una modificación de la ley para que, cuando los clientes compren un billete, sepan con qué aerolínea van a volar.

En una intervención ante la Asamblea Nacional, De Robien consideró necesario ir "más allá" de los controles "aleatorios" del programa europeo de seguridad SAFA y hacer auditorías "en profundidad" cuando se trata de compañías extranjeras, especialmente no europeas contratadas por turoperadores franceses.

La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), que agrupa a casi 300 compañías aéreas, es partidaria de que el turista sepa en qué avión se va a subir. "Debería formar parte de los derechos esenciales de los viajeros", afirmó el portavoz de la agrupación, William Gaillard.

El Gobierno francés reiteró además su apoyo al proyecto de directiva europea, elaborada en 1997, que permitiría vetar aviones extranjeros defectuosos en la UE, y cuya adopción, según París, se ha retrasado debido al contencioso hispano-británico sobre Gibraltar. Francia, a la defensiva debido a la polémica provocada por los fallos de los aviones de la compañía siniestrada comunicados muchos meses antes por Suiza, se escudó ayer en que Alemania hizo también "una evaluación global en profundidad" de esos aviones egipcios en octubre y que fue "satisfactoria".

LAS CAJAS NEGRAS No obstante, para las autoridades francesas y egipcias la prioridad es recuperar los restos de las víctimas y hallar las cajas negras del avión para poder analizar y comprender las causas de la catástrofe. El primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, confirmó la "movilización total" de su Gobierno para atender a los familiares.