El Parlamento iraní modificó ayer la ley electoral con el objetivo de restar poder al Consejo de los Guardianes, que hace dos semanas invalidó las candidaturas de unos 3.600 reformistas (entre ellos 80 diputados) para las legislativas del 20 de febrero.

La Cámara --de mayoría reformista desde 1997-- modificó dos apartados del artículo 28 del código electoral mediante la vía de la triple urgencia, una categoría que el Parlamento tiene reservada para los casos en los que considera que el país corre grave peligro. No se había utilizado desde la revolución de 1979.

La primera enmienda aprobada por el Parlamento permitiría que todos los candidatos puedan optar a la reelección, a menos que tengan causas penales pendientes. La segunda corrección eliminaría la posibilidad de que el Consejo de los Guardianes pueda decidir directamente si el candidato es leal a los principios islámicos, un requerimiento para el que, a partir de ahora, sería suficiente el testimonio de alguna autoridad local. No obstante, para que estos retoques se puedan aplicar es necesario el visto bueno del Consejo de Guardianes. Dado que la reforma se ha hecho con carácter de urgencia, este organismo, que vela por el respeto a la ley islámica y la Constitución, debe manifestarse en 24 horas.

LIDER SUPREMO Los reformistas --ministros, diputados, gobernadores-- han amenazado con dimitir en masa si el viernes, fecha límite para la admisión de candidaturas, la situación no ha variado de forma sustancial. El grado de conflicto ha obligado a intervenir al líder supremo de la revolución, el ayatolá Alí Jamenei, que ostenta el máximo poder en Irán (por encima del Parlamento y el Consejo de los Guardianes), y que la semana pasada pidió que este organismo conservador revisara su decisión. La regañina de Jamenei llevó al Consejo a admitir "errores" en el proceso de validación de candidaturas y aceptó a 400 de los candidatos descalificados, corrección que no ha satisfecho a los reformistas.

El Consejo de los Guardianes --formado por seis religiosos designados por Jamenei y seis jueces propuestos por la magistratura, de mayoría conservadora-- se ha erigido en brazo inquisidor dedicado a derribar una a una las propuestas aperturistas del presidente Mohamed Jatami desde que llegó al poder, en 1997. Conservadores y reformistas están enfrascados, desde entonces, en una lucha de poder cada vez más intensa.

SIN COMPETIDORES El presidente pidió el sábado en un comunicado "elecciones limpias, libres y competidas", por lo que espera que el organismo conservador rectifique cuanto antes. La mayoría de las candidaturas desestimadas elimina aspirantes reformistas en localidades en las que, de esa manera, el escaño sólo lo disputarían conservadores.