La Comisión parlamentaria antimafia de Italia ha revelado este martes cientos de informes y grabaciones de sus investigaciones contra el crimen organizado, entre los que destacan las denuncias del juez Paolo Borsellino, asesinado en 1992 por Cosa Nostra.

Este organismo parlamentario ha decidido por unanimidad levantar el secreto de todo este material -1.600 archivos- que comprende los años entre 1963 y el 2001 y que ya puede ser consultado digitalizado en un portal de internet creado para su divulgación.

"Es la mayor operación de transparencia jamás realizada con el levantamiento del secreto de las sesiones de la comisión. Tendremos una panorámica de toda su historia", afirmó el presidente de la comisión, Nicola Morra, del gubernamental Movimiento 5 Estrellas.

CONFESIONES

Entre el material destacan las confesiones y quejas que trasladó en mayo de 1984 el juez Paolo Borsellino, asesinado en 1992 por la mafia siciliana Cosa Nostra en Palermo (sur), dos meses después de otro juez símbolo de la lucha contra la criminalidad, Giovanni Falcone.

Eran años difíciles en Italia y Borsellino, por entonces juez instructor de Palermo, ya formaba parte de un equipo de magistrados que perseguía a los criminales y que derivó en el histórico juicio contra cientos de imputados de Cosa Nostra en 1986.

En un audio inédito, Borsellino se quejaba ante los parlamentarios de la falta de medios y de seguridad en su tarea, como la carencia de escoltas y vehículos blindados en aquellos Años de Plomo en los que la mafia no cejaba en sus ataques y atentados contra el Estado.

"Deseo subrayar la gravedad de los problemas que seguimos teniendo pues por la mañana solo tenemos un coche blindado. Por eso yo, sistemáticamente, voy a mi oficina con mi automóvil y regreso a casa a las 21 o 22 horas de la noche", explicaba el juez.

Y añade: "De ese modo recupero mi libertad. Pero no entiendo qué sentido tiene hacerme perder la libertad por la mañana (con la escolta) para después ser libre para ser asesinado por la tarde".

VENTA DE PROPIEDADES

El 19 de julio se cumplirán 27 años del asesinato del juez Borsellino, con la explosión de un coche bomba detonado cuando iba a ver a su madre en la Vía D'Amelio de Palermo. Con él fallecieron cinco agentes de su escolta.

En otro audio el magistrado reconoce que investigaba la venta de propiedades mafiosas en la provincia siciliana de Trapani, zona bajo control de capos como Totò Riina y Bernardo Provenzano, ambos ya muertos, o Matteo Messina Denaro, aun buscado desde hace 27 años.

La revelación, sin embargo, no ha sido bien acogida por el hermano del juez, Salvatore Borsellino, para quien no basta, sino que es "necesario" que el Estado saque a la luz todos los secretos que supuestamente conserva sobre la mafia.

"Es necesario que se nos devuelva todo, que se quite el precinto a todos los vergonzosos secretos de Estado aún existentes, y no solo sobre la matanza de Vía D'Amelio sino de todas las matanzas de estado que han manchado de sangre nuestro país", reprocha el hermano en una carta dirigida al presidente de la Comisión Antimafia.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, sin embargo ha apreciado esta "elección de transparencia" que, señala, permite escuchar "las palabras amargas del juez Borsellino y su denuncia en aquellos años cruciales para la lucha contra la mafia". "Sus palabras podrán resonar en la conciencia de todos", apuntó.