La primera ministra británica, Theresa May, anunció ayer en la Cámara de los Comunes su intención de reabrir las negociaciones con la Unión Europea sobre la salvaguarda de la frontera en Irlanda del Norte. Era lo que exigían desde hace meses los rebeldes conservadores euroescépticos más radicales. May pedirá a los Veintisiete «no un nuevo intercambio de más cartas, sino un cambio significativo y legamente vinculante del Acuerdo de Retirada». Si bien «negociar ese cambio no va a ser fácil», reconoció. Según dijo «implicará reabrir el Acuerdo de Retirada, algo para lo que ya sé existen pocas ganas por parte de nuestros socios europeos», aunque aseguró que podría «lograrlo». Era la misma primera ministra que había repetido hasta la saciedad que el alcanzado con la UE era «el mejor acuerdo posible y el único». Ahora, al parecer, ya no.

May abrió con este anuncio un nuevo debate sobre el brexit en el que se votaban siete del total de las quince enmiendas presentadas por los diputados,al acuerdo de la primera ministra, masivamente rechazado el pasado 15 de enero. A la desesperada y sin otra vía para seguir adelante, May pidió el apoyo de la Cámara a una de ellas contra su propio pacto. Una propuesta del conservador Graham Brady, en la que se reclamaba la eliminación de la salvaguarda irlandesa, para ser reemplazada por un «arreglo alternativo».

Si era votada por los tories, declaró May, «tendría el mandato que necesito para negociar con Bruselas un acuerdo que disponga de mayoría en esta Cámara». Y añadió dirigiéndose a los diputados: «Si quieren decirle a Bruselas lo que esta Cámara va a aceptar, deben votar por ello. Si quieren la salida sin acuerdo, deben votar por ello. Si quieren brexit, deben votar brexit». Finalmente, la enmienda triunfó con el apoyo de los unionistas norirlandeses, por 317 votos a favor y 301 en contra.

La segunda enmienda aprobada fue la presentada por la conservadora Caroline Spelman y el laborista Jack Dromey, según la cual, el Parlamento rechaza que el Reino Unido deje la Unión Europea sin acuerdo. Venció por 318 votos, frente a 310. Aunque se trata como, en todas las demás, de votos indicativos y la expresión, no vinculante, de lo que desean los diputados para el futuro brexit, sin duda el resultado influirá en cómo Londres y Bruselas enfoquen ahora los pasos a dar.

La moción tan esperada por los proeuropeos de la laborista Yvette Cooper fue en cambio derrotada por 298 frente a 321 votos. Su propuesta intentaba impedir que el Reino Unido dejara la Unión Europea sin acuerdo y en ella se estipulaba que, si el 26 de febrero, May no había logrado sacar adelante un pacto formal, el Reino Unido pediría a Bruselas la ampliación del Artículo 50, por un periodo máximo de nueve meses. La iniciativa contó con el apoyo oficial de última hora y a regañadientes de Jeremy Corbyn y el Partido Laborista, aunque en torno a una quincena se saltó la disciplina del partido y votaron en contra, al igual que otros tantos conservadores que lo hicieron a favor.

Algunos miembros del gobierno, como la ministra de Trabajo y Pensiones, Amber Rudd, había pedido libertad de voto para poder apoyar la propuesta de Cooper, pero ese permiso les fue denegado. May trató de convencer con éxito a los Tory tentados por apoyar la enmienda asegurándoles de que habrá otra oportunidad de votar los próximos pasos a dar por el brexit y prometió volver a la Cámara de los Comunes, «lo antes que sea posible», para revisar el acuerdo y someterlo a una segunda votación. De no haberse alcanzado un pacto el 13 de febrero, May hará una declaración y presentará una moción para posibles enmiendas y un nuevo debate al día siguiente. Diputados conservadores luchando en campos opuestos revelaron la existencia de un inesperado compromiso para el caso de una salida sin acuerdo. Partidarios de la permanencia, como Nicky Morgan y talibanes del brexit como Jacob Rees-Mogg, proponen una fórmula, bautizada como Malthouse compromise, que implicaría la extensión hasta diciembre del 2021 del periodo transitorio, un año más de lo establecido hasta ahora y el reexamen la salvaguarda irlandesa.