La revelación de que 11 años después de que los argentinos recuperaran la democracia los militares seguían enseñando a sus comandos la misma práctica de la tortura que asoló Argentina durante la última dictadura (1976-83) ha provocado escalofríos en la sociedad y, a la vez, un revuelo político con profundas ramificaciones, al conocerse nuevas denuncias de acciones semejantes en ámbitos policiales.

"Así no puede haber Fuerzas Armadas democráticas. Después nos extrañamos si algún militar no entiende cuál es su rol", dijo el presidente Néstor Kirchner cuando recibió siete fotografías. Estas fueron tomadas en 1986, un año después del juicio a los excomandantes de la dictadura. El Gobierno las calificó "de alto impacto".

En esas fotos se muestran las formas de tormento que sufrían los propios militares para aprender a torturar y el campo de "estudios" que funcionó hasta 1994.

Kirchner ordenó de inmediato investigar el caso e identificar a los militares que asistían a esos cursos de "guerras no convencionales" y que todavía se encuentran en activo. Se estima que en cada curso participaban unos 40 oficiales "voluntarios" de los tres ejércitos. Organismos defensores de los derechos humanos han pedido que se pase a estos oficiales a la reserva y se les juzgue.

"Locura inimaginable"

Las fotografías han estremecido a un país donde las heridas del pasado siguen a flor de piel y el Supremo debe decidir si las leyes que protegieron a los represores son inconstitucionales. "Esto es de una locura inimaginable", opinó el ministro del Interior, Aníbal Fernández. "Yo no sabía nada", dijo Raúl Alfonsín, quien gobernó entre 1983 y 1989, y promovió los juicios contra los comandantes y las llamadas leyes de impunidad. Alfonsín suscribió la Convención contra la Tortura y enfrentó tres rebeliones castrenses.

El jefe del Ejército, general Roberto Bendini, dijo que estas "enseñanzas", ahora calificadas de "deleznables", fueron introducidas en Argentina en 1964 por oficiales franceses de las guerras coloniales de Indochina y Argelia, y luego fueron "perfeccionadas" por las doctrinas norteamericanas.

Para algunos analistas, la forma en que hicieron públicas las fotografías obedece a un intento de sectores del Ejército más afines a Kirchner de terminar con la influencia que aún tienen en la institución los nostálgicos del pasado.