Washington acogió ayer más que la despedida emocionada a Ronald Reagan, fallecido el sábado. Ante su viuda, Nancy Reagan; el resto de su familia; líderes actuales y pasados del país y del mundo como Mijail Gorbachov, Gerald Ford, Jimmy Carter, Bill Clinton y Kofi Annan, el sepelio fue un acto de patriotismo.

El recordatorio del líder muerto fue una clara exposición de cómo piensa la mayor potencia del mundo. "Dios nos ha dado una misión especial", aseveró el pastor espiscopaliano John Danforth en una lectura.

George Bush padre intervino en el funeral, por deseo del fallecido, con un discurso en el que estuvo a punto de llorar, pero que logró dibujar sonrisas con sus anécdotas. Reagan también escogió a Sandra Day O´Connor, la juez a la que convirtió en la primer mujer en llegar al Supremo, para leer un sermón de 1630 sobre la fuerza de la fe.