Lo sorprendente no es que el cuerpo diplomático de EEUU se rebele contra la política exterior de la Administración de Bush, igual que hizo hace pocos días el Foreign Office frente al alineamiento de Blair con la doctrina de la "guerra preventiva" y los "asesinatos selectivos". Lo verdaderamente pasmoso es que ese centenar de exembajadores hayan tardado más de dos años en descubrir algo obvio hasta para el más lego de los observadores: Washington y Londres (al alentar a Sharon) han minado el proceso de paz árabe-israelí hasta hacerlo prácticamente inviable. Cosas del belicismo.*Periodista.