El Gobierno trata de empujar a la UE hacia una posición que vaya algo más allá de lo meramente declarativo en la crisis de Venezuela y que impulse un proceso político para conducir al país a unas elecciones con todas las garantías democráticas. Entre quienes piden el reconocimiento inmediato de Juan Guaidó como nuevo presidente y quienes amenazan con un conflicto armado si se actúa contra el régimen de Nicolás Maduro, Pedro Sánchez hizo ayer una filigrana diplomática. Habló desde Davos (Suiza) con el hasta ahora dirigente de la oposición para transmitirle «empatía por su coraje» y subrayó la legitimidad de la Asamblea Nacional que preside, pero sobre todo, le pidió la convocatoria de elecciones.

Según fuentes gubernamentales, Guaidó dejó ver que el horizonte político pasaría por unos comicios pero no fue explícito sobre los pasos que prevé dar para llegar hasta la convocatoria a las urnas. Tras la conversación, mientras Sánchez paseaba por la nieve, el Gobierno siguió sin reconocer oficialmente a Guaidó como presidente, pero no escondió su comprensión por la decisión que tomó este miércoles, cuando se proclamó en el cargo ante miles de venezolanos. El dirigente latinoamericano interpretó la charla como un «respaldo total» de Sánchez, según dejó escrito en su cuenta de Twitter, unas palabras que la Moncloa eludió emplear.

A pesar de que no hay una declaración oficial del Gobierno español que reconozca a Guaidó como nuevo presidente, el acercamiento y la comprensión es evidente. «Los hechos y las fotos son elocuentes», transmiten desde el Ejecutivo, aunque no van más allá, convencidos de que es necesario mantener la unidad de acción en la UE. Sánchez entiende que la «salida natural e idónea» es la convocatoria de unas elecciones plenamente democráticas y así se lo trasmitió también a los tres presidentes latinoamericanos con los que se reunió en Davos. Habló con el jefe del Gobierno en Colombia, Iván Duque; Ecuador, Lenín Moreno; y Costa Rica, Carlos Alvarado, tres mandatarios que reconocieron la legitimidad de Guaidó y que explicaron al presidente español las razones de su apoyo.

A nadie en el Gobierno se le escapa el riesgo de un conflicto que se está estructurando en dos bloques enfrentados y armados, el de Estados Unidos frente a Rusia. Quieren avanzar con prudencia pero exhortan, a la vez, a la UE a que acelere el paso.

Quizá el más claro fue el ministro de Exteriores, Josep Borrell, que afeó a los socios comunitarios la «extraordinaria lentitud» con la que vienen respondiendo a la situación en Venezuela, que ha desembocado en un momento que puede generar una «desestabilización del país». «Hay muertos, ha habido una acción violenta, no podemos estar como estábamos antes de ayer y tenemos que evitar que la cosa vaya a peor, y eso exige sin duda un proceso de intervención para garantizar la única salida posible que son unas elecciones», defendió.

CONSEJO

El dirigente se mostró convencido de que habrá que hablar también con el régimen de Maduro, por lo que exhortó a la UE a que se celebre un Consejo de Asuntos Exteriores cuanto antes. Desde la oposición, los líderes del PP y Ciudadanos, Pablo Casado y Albert Rivera. exigieron a Sánchez un reconocimiento explícito de Guaidó para terminar con el régimen chavista y la crisis política y humanitaria. Podemos habla de «golpe de Estado» y pide a España que defienda la legalidad internacional. .