El personal del consulado de los EEUU en Chengdu, hizo los últimos esfuerzos para desalojar las instalaciones el domingo, mientras se mantenían las estrictas medidas de seguridad el exterior, antes del cierre ordenado por Pekín, mientras las relaciones China-Estados Unidos siguen empeorando.

Con un ambiente caluroso, en el exterior de las instalaciones prevalecía una atmósfera de miniturismo en una calle arbolada, ya que los espectadores compartían el espacio de la acera con decenas de policías uniformados y de paisano frente a la entrada.

El cierre de los consulados en Houston y Chengdu ha intensificado un fuerte deterioro de los vínculos entre las dos economías más grandes del mundo, que ya eran los peores en décadas en medio de las disputas comerciales y tecnológicas, la pandemia de COVID-19, las reclamaciones territoriales de China en el Mar de la China Meridional y su represión en Hong Kong.

Todo un espectáculo

La policía pidió a la gente que se moviera cuando se formaron aglomeraciones fuera del consulado, ya que los espectadores tomaron fotos y vídeos de lo que esperaban que fuera la última vez que vieran el complejo en manos de los Estados Unidos. La calle estaba cerrada al tráfico, excepto para los vehículos consulares o de seguridad a los que la policía dejaba pasar.

China ordenó el cierre del consulado de Chengdu en la provincia suroeste de Sichuan. Eso significa que la fecha límite para la evacuación es a las 10 a.m. (0200 GMT) del lunes, según dijo el editor de un tabloide estatal.

En Houston, un grupo de hombres acompañados por un alto cargo del Departamento de Estado estadounidense fueron vistos forzando una puerta en el consulado chino, poco después de que entrara en vigor la orden de cierre de Estados Unidos de la instalación que el Secretario de Estado Mike Pompeo calificó de centro de espionaje y robo de propiedad intelectual.