KOJO ANNAN , el hijo del secretario general de la ONU, cobró hasta febrero de una empresa vinculada al programa humanitario para Irak Petróleo por Alimentos, pese a que dejó de trabajar en 1998. Este dato, confirmado ayer por la ONU, da un giro a la investigación sobre la posible corrupción de funcionarios de la ONU en la gestión del programa.