La crisis de los rehenes en Irak va de mal en peor. Mientras varios países intensificaron ayer los esfuerzos para intentar lograr la liberación de siete camioneros extranjeros secuestrados --tres indios, tres kenianos y un egipcio-- la policía iraquí halló en el río Tigris, en las proximidades de Tikrit, un cuerpo decapitado, que posiblemente pertenezca al segundo de los dos rehenes búlgaros capturados a principios de este mes por el grupo de Abú Musab al Zarqaui, presunto jefe de Al Qaeda en Irak.

El cuerpo y la cabeza fueron hallados en una bolsa de plástico, al paso del Tigris por la localidad de Al Zuaya, a 240 kilómetros al norte de Bagdad. La cadena de televisión árabe Al Jazira anunció el martes que había recibido un vídeo con la filmación de una ejecución, aunque decidió no emitirlo por la dureza de las imágenes. Precisamente ayer, Bulgaria anunció que había identificado el cuerpo decapitado hallado la semana pasada, en el Tigris. Se trata del camionero Georgi Lazov, el primero de los dos rehenes búlgaros.

Mientras, Angelo de la Cruz, el rehén filipino liberado después del repliegue de las tropas de su país, llegó ayer a Manila y fue recibido como un héroe. Por otra parte, un grupo islamista, autodenominado Banderas Negras, envió ayer a algunos medios de comunicación un vídeo y fotos de los siete camioneros que están secuestrados. En el vídeo, el rehén egipcio, que se identifica como Mohamed Alí, habla durante un buen rato de forma incoherente.

El mando estadounidense anunció que sus tropas mataron a 25 insurgentes en una encarnizada batalla que tuvo lugar el miércoles en Ramadi. En Bagdad, el estallido de una bomba mató ayer a dos niñas. Y en Kut, dos policías murieron por los disparos de unos desconocidos y un tercero fue hallado acribillado.