La policía israelí recomendó hoy acusar al primer ministro, Binyamín Netanyahu, y en esta ocasión también a su esposa, Sara, en el tercer caso de corrupción por el que ha sido investigado como sospechoso, lo que ha desatado las críticas de la oposición, que pide su dimisión y elecciones anticipadas.

La policía publicó hoy por sorpresa las conclusiones de la investigación del conocido caso 4000, que analizaba si Netanyahu favoreció al magnate de la comunicación y principal accionista del Grupo Bezeq y el portal de noticias Walla, Shaul Elovitch, a cambio de una cobertura positiva para él y su familia entre 2012 y 2017.

Tras meses de investigación y más de medio centenar de testimonios, la policía concluyó en el cierre de la investigación de este mes que "hay pruebas suficientes" para acusar a los Netanyahu de "delitos de soborno, fraude y abuso de confianza", y a Sara, además, por "obstrucción a la Justicia".

Trato de favor

"La principal sospecha es que el primer ministro aceptó sobornos y actuó en un conflicto de intereses interviniendo y actuando en decisiones regulatorias que favorecen a Shaul Elovitch y al Grupo Bezeq, y al mismo tiempo exigió directa e indirectamente interferir en el contenido del sitio Walla de una manera que lo beneficiara", señaló la nota policial.

El jefe del Ejecutivo y sus asociados "intervinieron de manera flagrante y continua, y en ocasiones incluso a diario" en Walla y "buscaron influir en el nombramiento de altos funcionarios (editores y reporteros)" con el fin "de promover sus intereses personales mediante la publicación de artículos y fotos halagadoras, eliminando el contenido crítico sobre el primer ministro y su familia".

Recomendación anterior

Elovitch, por su parte, podría afrontar cargos por "soborno, interrupción de los procedimientos de investigación y juicio", además de denuncias por delitos contra la Ley de Valores y de Prohibición de Lavado de Activos.

El jefe de Gobierno se apresuró a negar su implicación y la de su esposa, destacó la falta de "peso judicial" en las recomendaciones -ya que es la Fiscalía la que debe presentar los cargos-, y condenó que éstas "se decidieron y filtraron incluso antes de que empezaran las investigaciones".

La policía ya recomendó en febrero acusar a Netanyahu por los mismos delitos de corrupción en los casos 1000 y 2000. El primer expediente le investigaba por aceptar lujosos regalos de millonarios para él y su familia -como puros y champán francés- por valor de miles de euros a cambio de favores.

El segundo examinaba un presunto intento de pacto entre Netanyahu y Arnon Mozes, editor de uno de los diarios de mayor difusión de Israel, el Yediot Aharonot, que proponía una cobertura más positiva del primer ministro a cambio de dañar la distribución del diario rival, el gratuito Israel Hayom.