Al menos diez personas han muerto y 19 han resultado heridas este sábado durante las cargas policiales en las últimas protestas convocadas en Birmania contra el golpe de Estado propinado el mes pasado por los militares del país.

Cinco personas perdieron la vida en dos manifestaciones convocadas en el centro financiero del país, Rangún, y la localidad de Pyay, en la región de Bago, mientras que otras cuatro fallecieron durante otra manifestación a primera hora de este sábado en la ciudad de Mandalay, donde además se registraron 19 heridos, la mitad de ellos en estado crítico.

Según informan fuentes del portal de noticias Myanmar Now, entre las víctimas de Mandalay se encuentran una mujer y tres hombres, entre ellos un monje budista.

El décimo fallecido fue identificado en la región de Magway, según las fuentes del portal, mientras que el saldo total de detenidos durante las últimas horas asciende ya a 36.

Siguen las protestas

A pesar de la represión, los manifestantes han vuelto durante las últimas horas a las calles de Mandalay, donde decenas de miles de ingenieros y estudiantes de ingeniería pidieron a gritos el fin de la dictadura militar y la liberación de los líderes detenidos, incluida la líder 'de facto' del país, Aung San Suu Kyi, bajo arresto.

"Las fuerzas de seguridad están tratando de asustarnos para que no nos unamos a las protestas callejeras en los próximos días", ha explicado a la agencia DPA Aung Myo Nyunt, un manifestante estudiantil de 20 años en Mandalay. "Sus esfuerzos serán en vano", ha asegurado.

Los soldados y la policía antidisturbios han obligado a los funcionarios y empleados públicos en huelga en ciertos sectores a regresar a trabajar, ya que el movimiento de desobediencia civil amenaza con un colapso de los servicios, incluidos los de banca, salud, educación y transporte. La junta pidió a todos los bancos que reabrieran el lunes y dijo que se tomarían medidas si los prestamistas no obedecían.

Agresión contra periodistas

Asimismo, la junta militar ha intensificado su represión contra los periodistas y contra los medios de comunicación. Así, la Embajada de Alemania en Rangún ha pedido a las autoridades birmanas que se aseguren de que el periodista polaco de la agencia DPA, Robert Bociaga, detenido el jueves por las autoridades en el centro del país, recibe "un trato justo y humano".

"La Embajada, también en nombre de la Embajada de Polonia en Bangkok, ha solicitado formalmente a Birmania que informe sobre el paradero exacto del ciudadano polaco detenido, que le conceda acceso consular inmediato y que proporcione información por escrito sobre el motivo de su detención y entrega de cargos", ha informado la Embajada en su cuenta de Facebook.

El reportero, de 30 años, fue presuntamente golpeado y herido durante su arresto, según otro periodista de Khit Thit Media. Las fotos que acompañaban al mensaje mostraban a Bociaga rodeado por una docena de hombres uniformados y levantando las manos para protegerse.

Escalada de represión

Desde que comenzó el golpe, más de 80 personas han sido asesinadas, según Naciones Unidas, y la cifra de personas detenidas supera las 2.000, según la Asociación de Asistencia a Presos Políticos (AAPP, por sus siglas en inglés). Los arrestos además han afectado también a los más vulnerables y ONU Mujeres ha denunciado que seis mujeres han muerto y cerca de 600 han sido detenidas durante las protestas.

En la misma línea, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha recalcado a través de la página de Facebook de su filial en Birmania que la situación "continúa escalando alarmantemente" y que al menos nueve menores de edad han muerto. Asimismo, estiman en 700 la cifra de menores arrestados y denuncian que a muchos se le ha negado el acceso a un abogado.