El Gobierno de Sri Lanka mantiene la máxima alerta por posibles atentados y ha desplegado hasta 10.000 soldados por todo el país que, además de proteger edificios y enclaves estratégicos, colaboran con las fuerzas de seguridad en la búsqueda de 140 miembros del grupo yihadista National Thawheed Yama'ut, autor de los atentados del Domingo de Ramos en tres iglesias y varios hoteles de lujo que dejaron un saldo de 253 muertos y 500 heridos. De momento hay 76 personas detenidas, entre ellas sirios e iraquís.

Las autoridades dijeron ayer que el líder del grupo terrorista, Zahran Hashim, fue uno de los nueve suicidas -uno de ellos una mujer- que hicieron estalllar los explosivos que cargaban en las mochilas que llevaban colgadas en las espaldas. Hashim aparece en un video, previo a los atentados, junto a siete miembros del comando, todos ellos vestidos de negro y con el rostro tapado, en el que manifiestan su adhesión a Abú Bakr al-Bahgdadi, máximo jefe del Estado Islámico (EI). De confirmarse que detrás de los atentados está también el EI, se trataría del mayor ataque perpetrado por la organización terrorista fuera de Siria e Irak.

El presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, confirmó ayer el cese del jefe de la policía del país, una destitución que se suma a la del secretario de Defensa que dimitió el jueves como consecuencia de los atentados. Los servicios de inteligencia de Sri Lanka conocían la amenaza que había de ataques yihadistas contra la comunidad cristiana, un 10% de los 21 millones de habitantes, pero no informaron de ello a las altas autoridades del país, ni siquiera al presidente, lo que ha generado una gran polémica y una crisis política en el seno mismo del Gobierno.

MEDIDAS DE PRECAUCIÓN

El arzobispo de Colombo, el cardenal Malcolm Ranjith, dijo ayer que había visto un documento interno de los servicios de seguridad en el que se advierte de posibles nuevos ataques a iglesias del país. De momento y como medida de precaución se ha resuelto cancelar todos los oficios religiosos cristianos previsto para este domingo.Una situación similar se vive en las mezquitas. Son muy pocas las que han abierto sus puertas para los rezos del viernes y las que lo han hecho han tenido una muy escasa presencia de fieles.

La comunidad musulmana teme que se lleven a cabo actos de represalia por la masacre de hace una semana. "Estamos aquí para orar por los victimas de los atentados contra las iglesias", ha dicho a la agencia Afp Reyyaz Salley, director de la mezquita Dawatagaha Juma de Colombo. "He venido a rezar porque rezo aquí todos los días", ha señalado, por su lado, Ahmed Riza, de 62 años, antes de escuchar el sermón del imam en el que ha dicho que el profeta Mahoma habría condenado los ataques. Esta mezquita recibe cada viernes la visita de más de 700 fieles, pero esta semana apenas han acudido al centro religioso un centenar.

Entre las víctimas mortales de los atentados hay 38 extranjeros, dos de ellos una pareja de españoles, los gallegos María González Vicente y Alberto Chavez Gómez, cuyos cuerpos han llegado este viernes a la localidad pontevedresa de Pontecesures, donde serán enterrados este sábado. Aunque Alberto Chaves era originario del municipio coruñés de Rianxo, había establecido su domicilio en España en Pontecesures, de donde era María González, y donde está previsto que descansen los dos.