El primer ministro polaco, Marek Belka, pese a manifestarse más conciliador en la cuestión del sistema de voto, se mostró irreductible en su reivindicación de incluir una referencia al cristianismo en el preámbulo de la Constitución. Belka señaló que esa mención era "necesaria" y advirtió a los demás líderes de que será muy difícil para él regresar a Polonia sin esa referencia a las raíces cristianas de Europa. Italia, Portugal, Grecia, Lituania, República Checa, Eslovaquia y Malta también defienden la inclusión de esa mención.

La presidencia irlandesa no ha incluido esa mención en su nueva versión del preámbulo de la Constitución por la firme oposición de un grupo de países liderados por Francia y Bélgica a primar una religión y a poner en peligro el laicismo de la UE.