Pese al horror que ha sacudido a EEUU al contemplar la decapitación de Paul Marshall Johnson por miembros de Al Qaeda en Arabia Saudí, la Administración de George Bush pidió ayer a los 35.000 estadounidenses residentes en ese país que no se marchen, porque sería una victoria para los terroristas. "Si se marchan, habrán ganado los terroristas y no creo que ni los saudís, ni los estadounidenses, ni esos valientes muchachos que trabajan en Arabia Saudi quieran que eso suceda", declaró el secretario de Estado, Colin Powell.

Las autoridades saudís confirmaron la muerte de Abdelaziz al Muqrin, líder de Al Qaeda en el reino saudí, junto con tres de sus acompañantes. La televisión saudí mostró imágenes de los cuatro cadáveres.