El presidente del PP, Pablo Casado, instó ayer al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a intentar evitar la «humillación» que para España supone el acuerdo sobre el brexit en lo que a Gibraltar se refiere «negociando a cara de perro» en Bruselas «para sacar un buen acuerdo», más allá de una «cartita» sin «ninguna efectividad jurídica». En un acto electoral en Úbeda, Casado insistió en rechazar un acuerdo «pésimo» que se traduce en un «fracaso histórico» ante el que su partido se siente traicionado por la «irresponsabilidad» del Ejecutivo.

En este sentido, apuntó que ya avisó de que estaban negociando «mal» cuando el Gobierno del PP «dejó encarrilada» esta «oportunidad histórica» y con el acuerdo unánime de los 27 Estados de la UE donde se dejaba claro que «cualquier relación de Gibraltar con la UE pasaba por la aprobación del Reino de España».

Sin embargo, el Gobierno socialista «conoció tarde y mal el artículo 184 de la propuesta» y, en vez de intentar modificarlo incluyendo esa reivindicación aprobada antes, «se ha conformado con una cartita del embajador británico en Bruselas», «ni siquiera» de la Reina, la primera ministra o ministro de Exteriores, «sin ninguna efectividad jurídica», y «otra cartita» del presidente del Consejo Europeo que supone «nada».

El exministro de Asuntos Exteriores del PP José Manuel García-Margallo, por su lado, acusó ayer a Sánchez de haber permitido que se hicieran «demasiadas» cesiones al Reino Unido en las negociaciones con la UE, incluida la relación con el Peñón. «Cuando llevas la negociación mal y llegas al último minuto del partido, estás obligado a aceptar cualquier tipo de solución por mala que sea; y esto es lo que ha pasado».

A su vez, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, aseguró que «es un día triste para Europa» porque «se sella una tragedia, un paso atrás, con la salida de un socio histórico». «En esa negociación no estaba todo atado. Mientras Sánchez estaba en Cuba haciéndose fotos con la dictadura, en la UE nos metían un gol por la escuadra en el último minuto» en lo relacionado con Gibraltar.

Para Rivera, la política española necesita «menos frivolidad y más seriedad, menos fotos y más trabajo, menos helicóptero y más pisar el terreno», porque Sánchez «solo vive para la foto».