Si con el comienzo de la primavera el precio de la luz comenzaba su senda alcista que se prorrogaría todo el verano, el otoño parece que ha provocado el efecto contrario en el sector eléctrico que lleva dos meses de bajadas continuas en el precio mayorista de la electricidad. En noviembre el precio mayorista se sitúa, según los datos provisionales a falta de un día, en los 61,9 euros el megavatio hora (MWh), es decir, un 4,9% menos que en octubre cuando estaba en 65,1 euros el megavatio y caía un 8,7% respecto a septiembre (récord anual de 71,3 euros MWh), según los datos del OMIE.

En comparación con los países de su entorno, España se sitúa por debajo de Italia (66,5 euros MWh), Francia (68,2 euros MWh), Reino Unido (70,7 euros MWh) y Bélgica (78.3 MWh) pero por encima de Alemania donde la electricidad tuvo un precio provisional de 56,9 MWh y de los países nórdicos (48,46 MWh). No obstante, en términos porcentuales, es paradógico que los únicos países que redujeron su precio respecto a octubre fueron Italia, que cayó un 10,2%, Portugal (5,2%), España (4,9%) y Reino Unido (3,3%), mientras que el resto subieron, siendo los países nórdicos los que más ascienden (12,6%), lo cual resulta curioso porque es lo contrario a "la norma".

Sea como fuere, parece que en España las medidas de la ministra Teresa Ribera para paliar las subidas continuas del verano, así como el buen mes en términos eólicos y de generación con agua, aunque similar a otros años, están teniendo sus efectos en el precio mayorista de la electricidad, pues no existen muchos más motivos aparentes para esta tendencia bajista. Según el experto en energía, Francisco Valverde, también se podría añadir la reducción de precio del carbón, pero que si fuese el motivo de este cambio de precios en el mercado español también se hubiera reflejado en Alemania que, sin embargo, subió un 6,6% en el último mes.

La factura se reduce

Estas caídas de precios mayoristas tendrán su reflejo en la factura de la electricidad anual que ha pasado de poder ser la más alta de la historia a situarse en el mismo nivel que en el año 2015 cuando un consumidor tipo de 4,4 kilovatios de potencia contratada y un consumo anual de 3.500 kilovatios a la hora pagó 785 euros. La más cara fue la del año 2012 cuando el precio de este mismo consumidor fue de 793 euros, una cifra que se llegó a superar en las previsiones de este verano, pero que ha sido reducida gracias a las bajadas de los dos últimos meses.

Así, este mes, ese consumidor tipo pagará unos 67,42 euros, un 1% menos que en octubre cuando pagó 68,1 euros. No obstante, más de la mitad de los consumidores -15,2 millones- están en el mercado libre y, por tanto, según Valverde "están pagando mucho más que estos precios regulados" (en el mercado regulado hay 11 millones de consumidores).