El presidente de Bulgaria, Rosen Plevneliev, anunció hoy que disolverá el Parlamento el próximo 6 de agosto y convocará unas legislativas anticipadas para el 5 de octubre, con el fin de superar meses de crisis política que amenazan con afectar también la estabilidad financiera del país.

El jefe del Estado anunció su decisión a los periodistas después de haber mantenido consultas con las principales fuerzas políticas y con el gobernador del Banco Nacional, Ivan Iskrov.

"Con el actual Parlamento es imposible formar un nuevo Gobierno", argumentó Plevneliev, quien agregó que el Ejecutivo en minoría del primer ministro tecnócrata, Plamen Oresharski, dimitirá en próximas fechas y se formará un nuevo gabinete interino hasta los comicios.

El Ejecutivo en minoría de Oresharski accedió a renunciar a principios de este mes después de que su principal soporte, el Partido Socialista, tuviera un mal resultado en las elecciones europeas de mayo, en las que venció la oposición conservadora.

En el poder durante algo más de un año y acosado por protestas contra su gestión, el actual Gobierno ha sido incapaz de reactivar el crecimiento económico en el país más pobre de la Unión Europea y donde el salario mínimo equivale a 170 euros.

El nuevo Ejecutivo interino tendrá, según la Constitución, dos meses para organizar las elecciones de octubre, y los analistas búlgaros esperan que asuma el poder para el 6 de agosto, cuando se disuelva el Legislativo.

"Antes de la designación del Ejecutivo técnico, el jefe de Estado mantendrá nuevas consultas con las fuerzas parlamentarias y con los partidos que enviaron representantes al Parlamento Europeo", precisó Plevneliev.

Las últimas encuestas apuntan que la oposición conservadora de Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria del ex primer ministro Boiko Borisov, cuyo Gobierno dimitió en febrero de 2013 por las protestas contra los altos precios de la energía, va a ser el más votado en los próximos comicios.

Además de la inestabilidad política, el Banco Nacional Búlgaro tuvo que intervenir la semana pasada la cuarta entidad financiera del país, el Corpbank, por sus problemas financieros, lo que aumentó el temor sobre posibles turbulencias económicas.

Tras esa intervención, el pasado viernes se formaron colas de ciudadanos en las oficinas de otras entidades bancarias para retirar sus depósitos, especialmente el Fibank, por rumores de una próxima bancarrota.

El Banco Nacional desmintió esos rumores y alertó de un intento "organizado y coordinado" de desestabilizar el país mediante la difusión de "declaraciones malintencionadas" por medio de mensajes de móviles y correos electrónicos.

El Ministerio del Interior confirmó también la existencia de tales mensajes y anunció la apertura de una investigación que ha llevado ya a cinco detenciones, tres de ellas practicadas hoy.

El presidente Plevneliev llamó hoy a la calma y aseguró: "El dinero de los ciudadanos y las empresas en los bancos está garantizado y en un lugar seguro".

"El sistema bancario en Bulgaria es estable, está bien regulado y bien capitalizado", indicó.

El jefe del Estado subrayó que "no existe una crisis bancaria, sino una crisis de confianza (entre los políticos y las instituciones), y también hay un ataque criminal contra el sistema bancario. Y los culpables de ello serán perseguidos con todo el rigor de la ley".

La mayoría de los economistas y la agencia de calificación Fitch consideran que la situación bancaria es segura y que los problemas se limitan al Corpbank, mientras que los bancos extranjeros con filiales en Bulgaria han insistido en que sus operaciones siguen con normalidad.

Por su parte, el líder conservador Borisov declaró el viernes a la prensa que Bulgaria debería buscar inmediatamente la ayuda del Fondo Monetario Internacional para restaurar la calma financiera.