El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, fue el primero en sugerir hace unas semanas un aplazamiento largo del brexit. Su postura no ha cambiado y aunque la primera ministra británica, Theresa May, optó la semana pasada por solicitar una prórroga corta, el polaco no desespera y sigue preparando el terreno para una alternativa que tampoco está libre de polémica y resistencias en el Parlamento Europeo. «Hubo voces diciendo que esto dañaría o sería un inconveniente para ustedes. Déjenme ser claro: ese tipo de pensamiento es inaceptable. No se puede traicionar a seis millones de personas que han firmado la petición de revocar el Artículo 50, al millón de personas que se manifestaron pidiendo un segundo referéndum o la cada vez más gente que quiere seguir en la Unión Europea», avisó ayer durante un debate en el pleno del Parlamento Europeo.

Según Tusk, aunque todos esos británicos que han salido a las calles y han firmado una petición pueden sentir que no están suficientemente representados en el Parlamento del Reino Unido deben sentir que sí lo están «en esta Cámara porque son europeos», agregó.

Su homólogo en la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, tiró de ironía para referirse a la incertidumbre sobre el brexit y al caos político presente en Westminster a solo dos días de la fecha en la que supuestamente debía producirse la salida (29 de marzo). «Si comparase al Reino Unido con una esfinge, esta me parece un libro abierto. Veremos cómo se pronuncia este libro durante la semana», dijo.

En la última cumbre, los Veintisiete ofrecieron a May una aplazamiento de algunas semanas. Hasta el 12 de abril si la Cámara de los comunes tumba esta semana, por tercera vez, el acuerdo de divorcio. O, hasta el 22 de mayo, un día antes del inicio de las elecciones europeas, si May consigue el aval al acuerdo de divorcio negociado de la UE.

Esos son los nuevos plazos que Londres tiene sobre la mesa y «el 12 de abril es la nueva fecha precipicio», subrayó. Antes de ese día, «el Reino Unido puede elegir entre el acuerdo de retirada, un brexit sin acuerdo, una prórroga larga o revocar el Artículo 50», agregó Tusk. Hay interés en el Partido Popular Europeo (PPE) de que el Reino Unido no esté en el próximo PE, no solo porque los grandes partidos recibirán el grueso de los escaños que dejan los británicos, sino también porque la marcha de los laboristas, dentro del grupo de socialdemócratas europeos, abrirá una brecha aún mayor entre el primer y segundo grupo del hemiciclo.