El presidente de EEUU, George Bush, dejó que sus partidarios desacreditaran ayer a su rival, el demócrata John Kerry, por ser demasiado débil en cuestiones de defensa y proclive a aumentar los impuestos. Mientras, el presidente se centró en proclamar su "firme liderazgo" en tiempos de crisis, con una campaña de anuncios publicitarios que se emite hoy en 17 estados y emplea imágenes de la terrible destrucción causada el 11-S.

"Los últimos años han puesto a prueba a EEUU de muchas formas", dice un locutor en uno de ellos, al alabar la mano firme con la que Bush ha hecho frente "a los tiempos de cambio". La campaña, que incluye cuatro anuncios y cuyo coste es de 4,5 millones de dólares (3,6 millones de euros, unos 600 millones de pesetas), es la primera salva nacional republicana contra Kerry, cuando las encuestas dan 10 puntos de ventaja al candidato demócrata.

Uno de los anuncios presenta a la primera dama, Laura Bush, alabando "la fuerza y la concentración" de su esposo.

El presidente del Comité Nacional Demócrata, Terry McAuliffe, replicó ayer que la "firmeza" de Bush quedó claramente demostrada en "la firme pérdida de empleos, el firme aumento de personas sin seguro médico, el firme declive de los fondos para educación y la firme subida del déficit presupuestario".