A finales de noviembre de 2001, apenas dos meses después de atacar Afganistán como represalia por el 11-S, el presidente George Bush pidió al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, que diseñase un plan para atacar a Irak, según asegura un libro del periodista Bob Woodward, a punto de salir a la venta en EEUU con el título de Plan de Ataque.Bush hizo esta petición secretamente, y dijo a Rumsfeld que no informase de ella al director de la CIA, George Tenet. Tampoco la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, fue puesta al corriente. Según el libro, la razón de este secretismo del presidente obedeció a su temor de que se pensara que estaba hambriento de una nueva guerra.Ayer, el propio Bush eludió responder si ordenó el plan de ataque contra Irak. "Sé que yo pensaba en Afganistán", afirmó el presidente. Y recalcó: "No empecé a concentrarme de verdad en Irak hasta más tarde", sin especificar cuándo.Según Woodward, el 21 de noviembre de 2001, cuando EEUU controlaba ya la mitad de Afganistán, Bush preguntó a Rumsfeld qué tipo de plan tenía para Irak. El jefe del Pentágono le respondió que era un plan anticuado, y el presidente le ordenó que diseñase otro nuevo. La Casa Blanca ha negado las acusaciones de que Bush estaba obsesionado con atacar a Irak, y por ello descuidó los indicios previos al 11-S de que Al Qaeda preparaba atentados.