Los rusos se les habían adelantado con el Sputnik y la perrita Laika (1957), pero Eisenhower, que en aquel momento ocupaba la Casa Blanca, se puso en marcha. Empezaba la contrarreloj espacial. Un año más tarde, el presidente creó la NASA, la más famosa de las agencias espaciales, y EEUU lanzó el Explorer 1 , su primer satélite. La popularidad de Eisenhower se disparó, algo de lo que todos sus sucesores tomaron buena nota.

John F. Kennedy, que le relevó en el cargo, se tomó el asunto como "una necesidad de urgencia nacional". El 5 de mayo de 1961, Alan Shepard se convirtió en el primer norteamericano en volar al espacio. Los rusos, con Yuri Gagarin, los habían vuelto a ganar, aunque esta vez sólo por 23 días. Tres semanas después, Kennedy declaró ante el Congreso: "Creo que esta nación debería ponerse como meta, antes de que acabe esta década, que un hombre aterrice en la Luna y regrese sano y salvo a la Tierra (...). Pero en realidad no será un solo hombre el que vaya a la Luna, será una nación entera". Su sueño, aunque él no lo pudo ver, se cumplió y se convirtió en la primera gran victoria de EEUU frente a Rusia. El 20 de julio de 1969, Neil Armstrong pisó la Luna.

En 1981, durante el mandato de Ronald Reagan, que reforzó el presupuesto espacial, la NASA lanzó el transbordador Columbia , la primera nave espacial reutilizable. Cinco años después, sin embargo, EEUU debió hacer frente a su primera gran tragedia: el Challenger explotó a los 73 segundos de despegar. Murieron los 7 tripulantes.

Con Bill Clinton en Washington y Rusia fuera de órbita, el demócrata acordó con otros 14 países crear la Estación Espacial Internacional, el mayor proyecto de la historia, hasta que ha llegado George Bush y su reelección.