Las propuestas del ultraderechista Partido Liberal Austriaco (FP ), miembro de la coalición de Gobierno, vuelven a escandalizar a Austria por su xenofobia. El ministro de Justicia austriaco, Dieter Böhmdorfer, negocia con Rumanía financiar la construcción de una cárcel en ese país para poder deportar rápidamente a todos los rumanos que cometan delitos en Austria.

"Así se conseguiría descargar las cárceles austriacas, que están en algunos casos hasta al 140% de su capacidad", declaró a este diario el portavoz del ministerio, Rüdiger Schender. Sin embargo, según Schender, de los 8.000 encarcelados en Austria, 370 son rumanos, cifra que representa apenas un 4,6%. "El 40% de los presos en el país son extranjeros. En la capital, Viena, esta proporción sube hasta el 60%", afirma Schender. Algunos de sus compañeros de partido, entusiasmados, ya han pedido acuerdos similares para construir penitenciarías en Turquía y Nigeria.

Uno de los argumentos del ministro es que mantener a los rumanos presos en Austria cuesta 13,5 millones de euros (2.246 millones de pesetas) al año. Construir una cárcel en Austria cuesta 15 millones de euros (2.496 millones de pesetas), mientras que la rumana sólo costaría tres millones de euros, una quinta parte. "El proceso de socialización de los presos sería más fácil en su país", indica Schender.

"Para hacer algo así, el Gobierno de Austria tiene que asumir la responsabilidad sobre el respeto a los derechos humanos en esa cárcel; esto no se puede convertir en un nuevo Guantánamo", apuntaa este diario Michaela Klement, portavoz de la delegación austriaca de Amnistía Internacional, resumiendo así las exigencias de la ONG.

"Por supuesto que en esa cárcel se respetaría a los presos de la misma manera que en Austria", asegura el portavoz del ministerio. Pero Klement muestra escepticismo: "No me puedo imaginar cómo van a conseguir garantizar el respeto a los derechos humanos, sabiendo en qué condiciones está este tema en Rumanía y cuál es la situación del sistema penitenciario rumano, donde los presos tienen que compartir las camas", añade.

Traslado de los juicios

Los ciudadanos rumanos no sólo cumplirían la condena en su país, sino que serían juzgados allí según la ley austriaca. "Se está negociando de qué manera se puede resolver este asunto", aclara el portavoz del ministerio. Según Amnistía, no hay nada que negociar, pues "celebrar un juicio en territorio de otro país es algo que entra directamente en conflicto con la Constitución austriaca".

Tanto Los Verdes como los socialdemócratas, ambos en la oposición, han criticado duramente las negociaciones con Rumanía, que se han desarrollado en Dublín y que deberán ser selladas con un acuerdo de Estado a firmarse antes de fines de marzo.