«Todo el mundo era consciente con pena de su creciente tendencia a repetirse. De repetir las tres mismas frases cada 30 minutos palabra por palabra y expresión por expresión, pasó a hacerlo cada 10 minutos. De hecho, muchos de sus tuits son producto de sus repeticiones. Simplemente no puede parar (…) Siendo optimista, con su futuro personal y el del país dependiendo de ello, mi impresión indeleble tras hablar con ellos y observarlos durante buena parte del primer año de su presidencia es que todos, el 100%, llegaron a la conclusión de que (Trump) era incapaz de hacer su trabajo».

«En Mar-a-Lago, justo antes del Año Nuevo, un Trump profusamente maquillado fue incapaz de reconocer a una sucesión de viejos amigos».