A petición del presidente de Bielorrusia Aleksándr Lukashenko, Rusia mantiene una "reserva de policías" lista para actuar en el país vecino en caso de necesidad. Así lo ha revelado este jueves el presidente de Rusia, Vladímir Putin, durante una entrevista televisiva con Serguéi Brilev, un conocido periodista hispanófono de Rossiya-1, el primer canal federal ruso.

"Por supuesto, tenemos ciertas obligaciones hacia el país vecino; y (durante mis conversaciones) Lukashenko planteó la cuestión de si proporcionaríamos la ayuda necesaria... me pidió crear una reserva de policía y lo he hecho, pero hemos acordado que no la utilizaríamos mientras la situación estuviera bajo control", ha revelado el líder del Kremlin.

Se trata de la advertencia más específica acerca de una intervención rusa pronunciada por Putin, y constituye un signicativo cambio de postura respecto a lo informado por el Kremlin durante los primeros días tras las controvertidas elecciones presidenciales. En aquel momento, la presidencia rusa daba a entender que consideraba las protestas contra la "manipulación electoral" como un asunto interno, y que solo intervendría si consideraba que las alianzas militares del país con Moscú se ponían en cuestión.

GIRO EDITORIAL

Sin embargo, a los pocos días, en un repentino giro editorial, los medios oficiales rusos empezaron a criticar con dureza a la oposición bielorrusa y a destacar supuestos vínculos con la OTAN y la UE, un adelanto del viraje que adoptaría al cabo de poco la política oficial de Moscú respecto a los sucesos en Bielorrusia.

Durante su intervención, Putin se ha mostrado inflexible respecto a las demandas de la oposición de forzar a Lukashenko a negociar, formuladas la víspera por la escritora y premio Nóbel de Literatura Svetlana Alexiévich en el momento de declarar ante el Comité de Investigación. "El problema no es lo que está ocurriendo en Bielorrusia, sino lo que quieren que ocurra allí", en referencia a una hipotética repetición de elecciones.

Sus palabras acerca de la actuación de la policía bielorrusa tampoco parecen ofrecer mucha esperanza a la oposición, sino todo lo contrario: dan a entender que podría haber más mano dura. Pese a las evidencias de palizas y malos tratos a miles de prisioneros en los centros de detención del país, con algunos fallecimientos pendientes de investigación, Putin se ha limitado a calificar de "bastante moderada" la respuesta policial en los primeros días de protestas después de los comicios presidenciales, en los que la oposición denuncia que se produjo un fraude masivo.