Con toda la pompa y boato que parecía requerir la ocasión, el presidente electo de Rusia, Vladímir Putin ha tomado posesión de su cargo este lunes por la mañana en una suntuosa ceremonia que ha tenido lugar en el Kremlin y a la que han asistido más de 5.000 personalidades del país, incluyendo a ministros, diplomáticos y altos funcionarios.

Flanqueado por Valeri Zorkin, presidente del Tribunal Constitucional, Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma, la Cámara Baja del Parlamento, y Valentina Matviyenko, 'speaker' del Consejo de la Federación, Putin ha colocado su mano derecha sobre un ejemplar de la Constitución rusa y ha jurado el cargo. "Juro respetar y defender los derechos y las libertades de las personas y los ciudadanos; cumplir y defender la Constitucion de la Federación de Rusia; defender la soberanía y la independencia, la seguridad y la integridad territorial del Estado, y servir al pueblo con lealtad", ha proclamado con solemnidad en la sala Aleksandrovskii en el Gran Palacio del Kremlin.

Acto seguido, el mandatario ha pronunciado una corta intervención, dirigida fundamentalmente a sus conciudadanos, en la que ha advertido que en los próximos años, el país deberá afrontar importantes retos en el ámbito interno, al tiempo que se ha comprometido a mantener lo que él mismo ha denominado como "influencia" en el exterior de su país, presente en las guerras de Ucrania y Siria.

"TORMENTOSA ERA DE CAMBIO"

Tras definir a los tiempos actuales como una "tormentosa era de cambio", Putin ha prevenido que en los próximos años Rusia dirimirá con desafíos que requerirán la participación de "toda la sociedad rusa". Entre los objetivos que el jefe del Estado se ha fijado para los próximos seis años se incluye la mejora de la "calidad de vida" de los ciudadanos rusos y crear un país "para sus gentes".

En el ámbito exterior, ha prometido velar para defender los intereses del país, al tiempo que ha constado con satisfacción que la "soberanía y el potencial militar han sido garantizados". "Rusia serápoderosa, y la gente vivirá mejor", ha resumido el presidente electo.

El acto comenzó en el despacho presidencial, siete minutos antes del mediodía. El presidente ruso realizó el corto trayecto desde el Primer Edificio del Kremlin hasta el Gran Palacio, aún en el interior de las murallas, en una limusina, aunque en esta ocasión no ha sido un vehículo de importación sino de fabricación rusa del denominado proyecto 'Kortezh' y valorada en varios millones de euros.

Con este acto, ha arrancado el que debería ser su cuarto y último mandato como presidente de Rusia, ya que la Constitución impide a una misma persona acumular más de dos presidencias seguidas.

Acometer la reforma de la economía dado el actual estancamiento, con medidas impopulares como la subida de impuestos o el aumento de la edad de jubilación será, junto con la gestión de las crecientes tensiones con Occidente, los principales retos de la presidencia que arranca este lunes. Además, en el periodo de seis años que se inicia, deberá dirimirse la cuestión de la sucesión, ya sea nombrando a un delfín,ya sea reformando la Carta Magna y suprimiendo la provisión que impide al líder del Kremlin seguir en el cargo.