¿Interfirió Rusia en las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos? A pesar de evitar reiteradamente esta pregunta frente a los medios de comunicación, el presidente estadounidense ha aprovechado la reunión bilateral que ha mantenido esta tarde en el marco de la cumbre del G20 para presionar a su homólogo rusoVladímir Putin. El líder del Kremlin ha negado las acusaciones y, según ha explicado el secretario de Estado Rex Tillerson, ha solicitado pruebas y evidencias de ello.

En el “vigoroso” intercambio de posiciones entre Washington y Moscú, ambos mandatarios han mostrado una mayor sintonía y han acordado una tregua en el suroeste de Siria para este próximo domingo. Según han avanzado fuentes de la administración estadounidense a la agencia ‘Associated Press’, el acuerdo también contaría con la participación diplomática de Israel y Jordania, dos aliados cercanos de Washington preocupados porque la violencia de laincesante guerra que azota Siria llegue a sus fronteras. La situación es especialmente delicada en la localidad de Daraa, al suroeste del país árabe, una de las cuatro zonas de distensión acordadas entre Rusia, Siria, Irán y Turquía y donde esta alianza combate al grupo terrorista autoproclamado Estado Islámico.

La reunión bilateral entre ambos mandatarios, la primera que se celebra desde que el expresidente Barack Obama y Putin se vieron las cara en septiembre del 2015, ha servido para evidenciar un ligero acercamiento de posiciones entre dos potencias que hasta ahora han jugado un papel antagónico en este conflicto regional y que en los últimos meses han visto incrementada la tensión. Mientras Moscú apoya al presidente sirio Bashar al Asad, el ataque con armas químicas contra civiles del pasado 4 de abril terminó de convencer a Trump para oponerse a que siga liderando el país en el futuro. “Como se irá aún está por determinar”, ha asegurado Tillerson.

UN TRUMP MÁS PRAGMÁTICO Y TIBIO

El escándalo nixoniano por los vínculos de su campaña electoral con Moscú han azotado constantemente a Trump desde que llegó a la Casa Blanca. Con unos niveles de popularidad que no llegan al 40% de aprobación, el presidente es consciente de la necesidad de volver a Washington con una buena imagen bajo el brazo. Por eso, en su segundo viaje oficial a Europa Trump ha ido haciendo equilibrios entre la crítica a Moscú y una posición conciliadora y pragmática con el histórico rival estadounidense. El alto al fuego en Siria les beneficia a ambos.

Si en su discurso pronunciado el jueves desde Varsovia el presidentereconoció parcialmente que el Kremlin interfirió en las elecciones estadounidenses de octubre y le advirtió para que cese su “actividad desestabilizadora” en Ucrania este viernes se ha visto a un Trump más retraído. “Es un honor estar contigo”, le ha dicho a Putin. La suave encajada de manos entre ambos, lejos del estilo brusco del presidente, es otro señal de distensión y de su “rápida conexión”. Tras Bill Clinton, George W. Bush y Obama, Donald Trump es el cuarto mandatario con el que el presidente ruso se reúne.

No sin relación, mientras la popularidad estadounidense se ha desplomado entre sus socios europeos la llegada de Trump ha sido vista con buenos ojos en Israel y especialmente en Rusia, donde, según un estudio del Pew Research Center, la confianza en el presidente ha pasado de un 11% con Obama a un 53%.

ENCUENTRO ÍNTIMO

La reunión entre los dos machos alfa de la escena internacional ha coincidido con el encuentro que el resto de líderes del G20 han mantenido sobre el cambio climático. En el encuentro también se han tratado temas como el libre mercado, la guerra de Ucrania, elterrorismo y la ciberseguridad o la creciente tensión con Corea del Norte por sus reiteradas pruebas con misiles, un terreno en el que ambos países apuestan por una desnuclearización del último régimen estalinista del mundo. Tampoco se han dado detalles sobre las sanciones contra Moscú aunque, según fuentes citadas por el diario británico ‘The Guardian’, Trump pidió a sus asistentes estudiar una relajación de éstas.

La reunión, que se ha alargado de los 30 minutos previstos a más de una hora y media, se ha llevado a cabo en la más estricta intimidad. Así, ambos mandatarios han estado acompañados únicamente por Tillerson y el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y por dos intérpretes. En el último encuentro entre los responsables de la diplomacia en abril evidenció que a pesar de los gestos aún hay “un nivel de confianza bajo” entre Washington y Moscú, según Tillerson.

AVANCE CON MÉXICO

Unas horas antes, Trump se ha reunido también por primera vez con el presidente mexicano Enrique Peña Nieto. A pesar de que antes de la reunión el presidente ha asegurado que México pagará “absolutamente” la construcción del muro en la fronteraque prometió durante la campaña, ese tema se ha obviado. La hostilidad entre ambas administraciones ha quedado aparcada temporalmente y han acordado renegociar el acuerdo de libre comercio NAFTA para impulsar sus relaciones económicas.