El presidente ruso, Vladimir Putin, se bastó ayer para enfrentarse a los líderes de la Unión Europea (UE) y salir airoso de la prueba, y eso que jugaba fuera de casa. "No tenemos autoridad moral para empujar a un país a decidir su futuro, no debemos introducir en las prácticas de la política internacional que estas situaciones se resuelvan en las calles", sentenció Putin al término de la cumbre que celebró en La Haya con los líderes de la UE. "No creo que tengamos derecho a imponer nuestra opinión al pueblo de Ucrania", apostilló.

Ucrania protagonizó la reunión de La Haya, en la que la UE había anunciado que leería la cartilla a Putin dado el total rechazo europeo a la contestada victoria electoral del candidato oficialista y prorruso, Viktor Yanukovich. El desencuentro entre ambas partes fue más allá y se reflejó en la imposibilidad de concluir un acuerdo para una asociación estratégica entre la UE y Rusia, que fue aplazado al 2005.

RESPETAR LA LEY "Hay que cuidar la democracia, la sociedad civil y el sistema de partidos. Pero no hay que olvidar otros componentes del Estado de derecho, como son la ley y la obligación del Gobierno de aplicarla", dijo. El líder del Kremlin puntualizó que la ley electoral fue apoyada por la oposición y que sus representantes firmaron las actas electorales, lo que permitió el cómputo de votos y la proclamación del candidato prorruso, Viktor Yanukovich, como presidente. "Si hay denuncias, hay que resolverlas en los tribunales", apostilló. Antes de iniciarse la cumbre, el Kremlin prologó el encuentro al felicitar a Yanukovich por su triunfo.

Jan Peter Balkenende, primer ministro holandés, en calidad de presidente semestral de la UE, optó por un perfil mucho más bajo, tanto que terminó por ponerse a la defensiva. El dirigente comenzó su intervención ante la prensa señalando lo obvio: "Rusia y la UE esperan ver en Ucrania un país estable y democrático, y debemos garantizar que se respeta la voluntad de sus votantes". Tan sólo reconoció que la posición rusa y la comunitaria "difieren", y que la Unión Europea "no acepta los resultados" de las elecciones. Balkenende recordó que su Gobierno ha enviado a un diplomático a Ucrania para estudiar cómo reconducir la situación, una medida similar a la adoptada por la Eurocámara, que despachó a una delegación.

LA REPLICA Acuciado por el protagonismo de Putin en la rueda de prensa común, Balkenende se vio obligado a replicar las acusaciones de Moscú de entrometerse en los asuntos de Ucrania: "No es una injerencia, es garantizar una aplicación adecuada de la democracia".

Javier Solana, representante de la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, pidió que prevalezca el Estado de derecho.