En Rusia, el confinamiento para frenar al coronavirus -o mejor dicho, el periodo de vacaciones "retribuídas", tal y como lo denomina la terminología oficial- no se levantará, como mínimo, hasta mediados de mayo. Así lo ha estipulado este martes el presidente de Rusia, Vladímir Putin, durante una reunión por teleconferencia con los ministros del Gobierno, los máximos responsables en las regiones y altos funcionarios.

Era una decisión más que esperada, habida cuenta de que el país, a principios de mayo, celebra un largo puente debido a dos festividades marcadas en rojo en el calendario nacional: la fiesta del Trabajo, el 1 de mayo, y el Día de la Victoria, el 9 de mayo, para conmemorar la rendición de las tropas nazis y el final de la segunda guerra mundial. "Creo que es lo correcto.... por lo tanto el periodo no laborable se ampliará hasta el 11 de mayo", ha anunciado.

Las autoridades sanitarias rusas han contabilizado este martes casi 6.200 nuevas infecciones. La cifra oficial de afectados ha alcanzado los 93.000, superando ya de largo los números epidemiológicos en la vecina China. Por esta razón, el líder del Kremlin ha recordado a los ciudadanos que ahora se inicia la que definió como "etapa más intensa en la lucha contra la epidemia". "El riesgo de contagiarse alcanza un nivel superior, la amenaza, el peligro mortal del virus se mantiene", ha recalcado.

Desconfinamiento progresivo

El presidente ruso ha dado de plazo hasta el 5 de mayo a sus ministros y a los funcionarios de Rospotrebnadzor, la agencia gubernamental responsable del bienestar ciudadano, para presentar planes con los que afrontar el desconfinamiento, que al igual que en Europa Occidental, se realizará de forma progresiva. "No se puede hablar de una supresión de las limitaciones en un mismo momento", ha advertido.

El máximo dirigente ruso sigue dándose golpes en el pecho y alardeando de que el Kremlin ha gestionado la epidemia con eficacia, por mucho que la reducida cifra de muertos -897, muy inferior incluso a la tasa de mortalidad en Alemania- genere incredulidad en los sindicatos médicos independientes del paísy fuera de las fronteras rusas. "Rusia ha conseguido frenar la extensión de la epidemia, y la cifra diaria de contagiados se ha estabilizado", ha proclamado.