La verdad sobre el infanticidio de Beslán no se sabrá nunca. Tras varios días de mentiras y desinformaciones del Kremlin, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha vetado cualquier investigación pública sobre la toma de rehenes en Beslán, que según los datos oficiales se cobró 335 víctimas mortales, entre ellas 156 niños.

"Quiero restablecer la cronología detalladamente para saber quién es el responsable y a quién hay que castigar", dijo Putin en una reunión con periodistas extranjeros a última hora del lunes. Horas antes, el líder del Kremlin rechazó la idea de llevar a cabo una investigación pública e independiente de la crisis de los rehenes, tal y como habían propuesto personalidades políticas rusas. Putin dijo que una investigación parlamentaria se convertiría en un "espectáculo político" y sería "ineficaz".

NO AL DIALOGO El presidente ruso también rechazó cualquier diálogo con los separatistas chechenos, a los que se atribuye la toma de rehenes en el colegio número 1 de la pequeña ciudad de Osetia del Norte. "¿Por qué no se reúnen con Osama bin Laden, le invitan a Bruselas o a la Casa Blanca e inician conversaciones, le preguntan qué quiere y se lo dan para que les deje en paz?", dijo. Y añadió: "Consideran posible fijar algunas limitaciones en sus tratos con estos bastardos, así que, ¿por qué deberíamos hablar nosotros con gente que son asesinos de niños?". Putin concluyó: "Imaginen que la gente que dispara a los niños por la espalda ha llegado al poder en cualquier lugar del mundo. Si lo hacen, no tendrán más preguntas sobre nuestra política en Chechenia".

No ayuda a la transparencia del caso el que, como denunció ayer el diario ruso Vremia Novosteï , dos de los secuestradores hubieran sido detenidos en el pasado en relación con actos de terrorismo y poco después liberados "por razones misteriosas".

Según la versión oficial, el asalto a la escuela fue planeado por el líder separatista checheno en el exilio, Aslán Masjadov, y el guerrillero Shamil Basayev. Sin embargo, Masjadov desmintió ayer las "confesiones" del único miembro del comando detenido vivo. En un vídeo difundido el lunes por la televisión rusa, el secuestrador acusó a Masjadov y Basayev.

"Esas afirmaciones son invenciones malintencionadas --dijo el portavoz de Masjadov, Ajmed Zakayev, a través de un comunicado--. No hay justificación para los actos de terrorismo contra ciudadanos inocentes".

REPULSA MULTITUDINARIA Cientos de miles de personas se manifestaron ayer en todo el país para expresar su solidaridad con las víctimas y reclamar a las autoridades una guerra sin cuartel contra los terroristas. En Moscú se celebró la mayor concentración de la última década. Según fuentes oficiales, cerca de 130.000 personas participaron en la manifestación junto a la catedral de San Basilio, frente al Kremlin. Sin embargo, miles de moscovitas no pudieron participar debido a las rigurosas medidas de seguridad en los accesos.

La gente no sólo ocupó el espacio destinado a la concentración, sino las calles adyacentes. La manifestación comenzó con un minuto de silencio en memoria de las víctimas de Beslán. "Preguntamos a los cuerpos de seguridad por qué los terroristas tienen armas modernas y de producción rusa, cuándo comenzarán a luchar eficazmente contra el terrorismo. "El fascismo no consiguió derrotarnos, y tampoco lo hará el terror", lanzó desde la tribuna el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov.