Por segunda vez en lo que va de mes, los extremistas de Al Qaeda golpearon al sector petrolero en Arabia Saudí y a los intereses de las compañías extranjeras. Varios hombres vestidos con uniformes militares lanzaron ayer una osada operación coordinada contra oficinas de compañías petroleras occidentales y complejos residenciales habitados por ejecutivos del sector en Al Jobar, a 400 kilómetros al este de Riyad. Al menos 16 personas murieron como consecuencia de los enfrentamientos. Además, medio centenar de occidentales parecen haber sido tomados como rehenes. En medio de la confusión, fuerzas especiales saudís asaltaron uno de los complejos para neutralizar a los atacantes.

La organización de Osama bin Laden se apresuró a reivindicar la acción en un comunicado aparecido en una página de internet y firmado por la célula de la red en Arabia Saudí: "Un escuadrón de heroicos muyahidines, por la gracia de Alá, atacó compañías estadounidenses especializadas en prospecciones petroleras y en el robo de los recursos de los musulmanes".

El príncipe Abdalá, gobernante de facto del país, prometió acabar con los extremistas "con la ayuda de las fuerzas de seguridad". Los terroristas pretenden "dañar la economía" y obligar a los extranjeros a marcharse, sentenció el heredero.

BATALLA EN EL OASIS La batalla en uno de los complejos residenciales, denominado El Oasis, continuaba a media tarde de ayer, según confirmaron las fuerzas de seguridad. "Retienen a unos 50 rehenes extranjeros; hay norteamericanos, pero más italianos", declaró el manager del complejo. En El Oasis residen ejecutivos de las compañías Shell, Total y Lukoil. "Las ambulancias han ido entrando y saliendo del recinto; durante todo el día hemos oído disparos", dijo un vecino.

A falta de conocer el resultado del asalto contra el complejo El Oasis, fuentes saudís confirmaron la muerte de nueve civiles, entre ellos ocho extranjeros. Uno de ellos es de nacionalidad norteamericana, otro posee pasaporte británico y un tercero procede de Suecia. El resto de los fallecidos son árabes, asiáticos y del subcontinente indio.

El confuso transcurso de los hechos comenzó cuando los asaltantes, a bordo de dos vehículos, abrieron fuego contra el Centro Petrolero de Al Jobar, un edificio donde tienen su sede las oficinas de las principales compañías petroleras.

FUEGO CRUZADO Posteriormente asaltaron el recinto de la compañía Apicorp, donde un autobús escolar se vio atrapado por el fuego cruzado. A bordo viajaba un niño egipcio que murió tras ser alcanzado por los disparos. Según testigos presenciales, el cuerpo de un empleado británico de Apicorp fue atado a un coche y arrastrado durante dos kilómetros, antes de ser arrojado por un puente.

Los atacantes también irrumpieron en los complejos Rami y El Oasis, donde retuvieron a numerosos rehenes. Según testigos presenciales, los asaltantes exigieron a los extranjeros que mostraran sus tarjetas de residencia para averiguar su religión. También se supo que cinco rehenes libaneses fueron liberados.

ATAQUE PREVIO La operación de ayer ocurre después de que el 1 de mayo los extremistas lanzaran un ataque contra un complejo petroquímico y sus complejos residenciales en la ciudad de Yanbú, a orillas del mar Rojo. El líder de la red terrorista Al Qaeda en Arabia Saudí, Abdulaziz al Muqrin, se atribuyó entonces la acción.