Los surcoreanos vivieron ayer uno de los días más angustiosos de su historia. El desenlace del secuestro de Kim Sun-il acabó de la peor manera, después de un día de informaciones optimistas en las que se aseguraba que su decapitación había sido aplazada sine die , pese a que el Gobierno de Seúl se había negado rotundamente a anular el envío de 3.000 soldados a Irak el próximo mes de agosto. La decapitación de Kim es la tercera en el último mes y medio --en Irak y en Arabia Saudí-- que llevan a cabo grupos cercanos a Al Qaeda.

La cadena Al Jazira informó por la tarde de que había recibido un vídeo firmado por el grupo Tauhid wa al Jihad (Monoteísmo y Yihad), en el que se asegura que Kim, de 33 años, había sido decapitado. El ministro de Exteriores surcoreano, Shin Bong-kil, confirmó el suceso y explicó que los militares estadounidenses habían encontrado el cuerpo.

George Bush dijo que "estos brutales asesinatos" no intimidarán al Gobierno de EEUU. "Nosotros creemos firmemente en la libertad", dijo el presidente tras saber la noticia.

DE NARANJA, COMO EN GUANTANAMO En una secuencia que emitió la cadena, se ve a cinco terroristas y al surcoreano vestido con una túnica naranja, como la de los presos de Guantánamo o los de Abú Graib. Kim está arrodillado, con los ojos tapados, mientras uno de los secuestradores afirma: "Os hemos avisado y no nos hacéis caso ... Ya vale de mentiras. Tu Ejército no está aquí para el bien de los iraquís, sino para el bien de América", afirma un integrista. Al Jazira dijo que no pasaría la secuencia de la decapitación, aunque estaba incluida en la cinta.

La víctima, traductor de árabe y predicador evangélico de una empresa que suministra víveres al Ejército de Estados Unidos, fue secuestrado el jueves en Faluya, un bastión de la insurgencia antiestadounidense a 50 kilómetros de Bagdad. El grupo terrorista se presentó en un vídeo anterior, emitido el lunes por Al Jazira, como extremista suní, y aseguró que su jefe era Abú Musab al Zarqaui, considerado el líder de Al Qaeda en Irak. En ese vídeo, Kim suplicaba a gritos y llorando por su vida. Durante las horas previas a la fatal noticia, los surcoreanos guardaban la esperanza de recuperar a Kim, después de que el presidente de NKTS, la empresa para la que trabajaba, explicara que los captores habían descartado pedir la suspensión del envío de tropas a cambio de haber visto satisfecha otras peticiones, que no concretó.

TERCER CONTINGENTE MILITAR Seúl se negó a rectificar sus planes de mandar a 3.000 soldados a Irak y a retirar los 670 militares médicos e ingenieros que actualmente están destacados. Cuando estos soldados lleguen al país árabe, formarán el mayor contingente militar tras el estadounidense y el británico. Las numerosas manifestaciones en Seúl contra el envío de tropas no han hecho cambiar los planes al Gobierno, un fiel aliado de EEUU en su causa contra Corea del Norte.