La noticia iluminó la noche de Buenos Aires como un relámpago. La compañía estadounidense Ocean Infinity había encontrado el submarino ARA San Juan, desaparecido hace un año en las inexcrutables aguas del Atlántico sur, después de meses de búsquedas que nunca conducían a ningún lugar.

Los indicios que esperaba el Gobierno desde el jueves se confirmaron. «Recemos», pidió el presidente Mauricio Macri al enterarse por su ministro de Defensa, Oscar Aguad, de que se estaba cerca de algo muy importante. La Armada comunicó primero la novedad a los familiares de los tripulantes. Luego informó del hallazgo en Twitter. Posteriormente, el capitán de navío Enrique Antonio Balbi, dijo que el «área de escombros» localizados no llega a los 100 metros. «Esto sugiere que (el submarino) podría haber implosionado o colapsado muy cerca del fondo, porque los desprendimientos son muy acotados».

Según indicó Ocean Infitiny, que cobrará 7,5 millones de dólares (6,5 millones de euros) por el hallazgo, la nave está localizada a unos 800 metros de profundidad y a 600 kilómetros de la ciudad patagónica de Comodoro Rivadavia. Ahí se había montado el centro de operaciones durante la búsqueda en el que participaron EEUU y Rusia, entre otros países. Finalmente, el sumergible estaba donde indicaban las primeras pistas, luego desatendidas.

El ARA San Juan desapareció el 15 de noviembre del año pasado con 44 personas a bordo mientras se dirigía desde Ushuaia a su base en la ciudad Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de la capital. Varias agencias internacionales reportaron una explosión horas después de perderse todo contacto. En su momento se explicó que había entrado agua por el sistema de ventilación del sumergible, lo que provocó un cortocircuito en las baterías.

Homenaje a los tripulantes

El pasado jueves, y al cumplirse un año del desastre, el presidente Mauricio Macri había encabezado en la base naval Mar del Plata un homenaje a los tripulantes. «No los vamos a abandonar, lo vamos a seguir buscando hasta que realmente lo podamos encontrar», dijo, frente a familiares críticos e incrédulos. Por entonces, Macri no tenía más que palabras de condolencias y solo recibió desaprobación.

Pero algo sucedió en las horas siguientes. El buque Seabed Constructor, que pertenece a Ocean Infinity, hizo un último recorrido antes de partir a Sudáfrica para tareas de reparación y retornar a Argentina en febrero. Llegó así al denominado Sitio 1, donde había sido detectado un objeto de «60 metros de longitud» a partir de un nuevo análisis de imágenes recopiladas. Poco más tarde, llegó la confirmación más esperada.

Jorge Villarreal, padre de Fernando (jefe de operaciones del ARA) expresó el único alivio posible: «Ahora podemos llevar el duelo de mejor manera. Fue un poco raro porque ya habían rastreado en ese lugar, pero lo importante es que los encontraron». Dijo que «las autoridades prometieron a los familiares que iban a ser los primeros en ver el submarino».

Yolanda Mendiola, madre de Leandro Cisneros tenía las mismas expectativas. «Nuestro próximo objetivo es lograr que lo saquen». Las autoridades no lo contemplan. «No tenemos medios para rescatar el ARA San Juan, no teníamos medios ni siquiera para bajar a las profundidades del mar», dijo el ministro Aguad.

«La empresa que lo encontró dice que tiene las herramientas para sacarlo», afirmó Luis Alberto Niz, padre de un suboficial. Sin embargo, añadió, «desde el Gobierno se fijan más en la plata que van a gastar que en sus soldados».

La jueza Olivia Marta Yáñez, a cargo de las investigaciones, fue una de esas pocas personas a las que el Gobierno despertó en la medianoche. Le pidieron que no dijera nada. Para Yáñez, ahora se podrán conocer cosas. «Especulaciones hubo millones, como que fue desguazado en Ushuaia o que estaba secuestrado en Malvinas. Esto descarta muchas elucubraciones que hubo, por las que jamás me dejé llevar».