El primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Ahmed Qurei, alcanzó ayer un pacto en Gaza con todas las facciones palestinas y con las fuerzas de seguridad para evitar enfrentamientos en caso de muerte del presidente, Yasir Arafat. El plan, que establece la cooperación de los diferentes grupos palestinos, incluidos Hamás y la Yihad Islámica, y las fuerzas de seguridad, es el primer paso para garantizar una transición pacífica si el rais desaparece.

"Hemos acordado no usar las armas para resolver nuestros problemas. Lo único que vamos a utilizar es el diálogo para unificar nuestras posiciones", dijo Qurei al finalizar su encuentro con las facciones palestinas en Gaza. El plan, que fue rubricado por el primer ministro y el jefe de los servicios de seguridad palestinos en Gaza, Musa Arafat, sirve a la ANP para matar los dos pájaros que amenazan su estabilidad interna, sobre todo en la franja: las disputas entre los diferentes cuerpos de seguridad y la pretensión de Hamás de hacerse con el control en el caso de que el primer ministro israelí, Ariel Sharon, logre finalmente evacuar los asentamientos judíos.

SITUACION ESTABLE Mientras en Gaza Qurei se veía con las facciones y en Ramala la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) celebraba una nueva reunión de emergencia de su Comité Ejecutivo, en París, Arafat continúa ingresado en el hospital militar de Percy. Oficialmente, Arafat sigue "estable", en palabras del número dos de la OLP, Mahmud Abbas. Las filtraciones continúan dando versiones contradictorias y ayer fuentes anónimas palestinas citadas por el diario israelí Yediot Ajaronot indicaban que Arafat se despierta a intervalos, abre los ojos y en cierta medida se comunica con sus médicos. El escueto parte médico habitual se limitó a indicar que el estado de Arafat no ha variado, ni a mejor ni a peor.

Además del importante pacto de seguridad, en Gaza, el primer ministro escuchó de boca de los portavoces de Hamás y la Yihad Islámica la exigencia de que se establezca un liderazgo unificado temporal en la que los representantes islamistas tengan poderes decisorios en caso de muerte de Arafat. No hubo reacción oficial de Qurei, pero tanto Hamás como la Yihad dijeron que el primer ministro aceptó en un principio.

"EXIGENCIA POPULAR" Según Sami Abú Suhri, este liderazgo unificado es "una exigencia popular" ante los difíciles tiempos que atravesarían los palestinos sin Arafat. Pero la participación de los grupos islamistas en tareas de Gobierno sería una novedad importante, ya que ni Hamás ni la Yihad han querido participar en las instituciones de la ANP y, de hecho, no se presentaron a las elecciones parlamentarias.

Sin embargo, este tipo de liderazgo sería un sapo muy difícil de digerir por parte de Israel a causa de la presencia de Hamás. Poniendo las cosas difíciles de antemano, Suhri señaló que las facciones en ningún caso se plantean decretar una tregua con Israel. "La resistencia continuará mientras dure la ocupación", dijo el representante de Hamás.

En cualquier caso, tanto Abbas como Qurei están pilotando en estos difíciles momentos la nave palestina con un sentido común encomiable. En su afán por recabar el máximo de apoyos posibles en esta crisis, la OLP felicitó ayer a George Bush por su triunfo en las elecciones de Estados Unidos.

Por ahora, Qurei ya se ha visto con Elizabeth Dibble, funcionaria de la sección para Oriente Medio del Departamento de Estado norteamericano, y con David Pearce, cónsul de EEUU en Jerusalén.