TRAS LOS HECHOS , la Policía lanzó una operación para aplastar la revuelta, que había tomado el control de los edificios oficiales en la ciudad de Gonaives. El presidente haitiano, Jean-Bertrand Aristide, envió ayer 300 agentes y civiles armados, que llegaron a la ciudad disparando indiscriminadamente y usando a civiles como escudos humanos. Los rebeldes del Frente de Resistencia Revolucionaria reclaman la dimisión del presidente. AFP