Ante 20.000 lugareños, los rebeldes de Haití proclamaron el jueves en la localidad norteña de Gonaives un Estado independiente, con un Gobierno y un presidente ajenos a los designios del jefe del Estado, Jean-Bertrand Aristide. Vestido con chaqueta blanca y gafas doradas, Buter Metayer, el máximo dirigente de la entidad estatal recién creada, quien había expulsado de Gonaives a la policía leal a Aristide el pasado 5 de febrero, proclamó: "Solos somos débiles, pero juntos somos fuertes, juntos somos la resistencia".

Metayer es un antiguo partidario de Aristide que decidió encabezar la rebelión después de la muerte de Amiot, su hermano y cabecilla de la milicia. Así las cosas, Metayer se convirtió en el presidente del autoproclamado Estado de Artibonita, en referencia a la región agrícola que rodea a Gonaives. Guy Philippe, exjefe de policía en Cabo Haitiano, que el pasado fin de semana regresó del exilio en la vecina República Dominicana, pasó a ser el líder de las Fuerzas Armadas. "Este mismo mes vamos a expulsar a Aristide de su palacio", dijo Philippe. Otro de los cabecillas rebeldes es Jean Pierre Batiste, apodado Jean Tatune , que lideró una milicia paramilitar y que cumplía cadena perpetua por haber participado en una masacre en 1994.

PROTESTAS EN UNAMINTE La insurgencia tomó ayer la localidad de Unaminte, cerca de la frontera con la República Dominicana. La población local se manifestó por las calles a favor de los rebeldes, incendió la comisaría y liberó a los encarcelados. La inquietud ante lo que pudiera pasar se extendió a la vecina ciudad de Fort Liberté.

No obstante, muchos analistas ponen en duda que los rebeldes tengan la capacidad suficiente para derrocar a Aristide a corto plazo.

El presidente haitiano dejó claro ayer que, por el momento, no tiene intención de marcharse. "No hay duda de que estaría dispuesto a morir si es lo que necesita el país", declaró Aristide el jueves ante centenares de oficiales de policía. En una entrevista publicada por el rotativo argentino Clarín , Aristide admitió que la policía no podía por sí sola "desarmar a la rebelión", y reclamó el envío de una fuerza multinacional. En su opinión, los rebeldes son "terroristas que quieren romper el orden institucional". También reiteró su sospecha de que algunos están "vinculados al narcotráfico".

WASHINGTON INTERVIENE Una misión diplomática internacional, integrada por Estados Unidos, Francia, Canadá y Caricom (Comunidad del Caribe) viajará hoy a la isla caribeña para presionar a Aristide con el fin de que acepte una solución negociada con los rebeldes haitianos, informa Mercedes Hervás.

Aunque Washington aceptaría la marcha de Aristide para cerrar el conflicto, el secretario de Estado, Colin Powell, advirtió de que su salida del poder no se contempla en el plan que se presentará a los dos bandos. La iniciativa contempla el nombramiento de un ministro neutral e independiente, y de un nuevo Gobierno. Jean-Bertrand Aristide seguiría como presidente hasta el final de su mandato, en el 2006.