Barack Obama ha confesado que recientemente se vio a la defensiva en un restaurante de Nueva York ante una camarera que tuvo que decirle al presidente de Estados Unidos que su tarjeta de crédito había sido rechazada y no podía utilizarla para pagar la cuenta.

"Imagino que pensaban que había algún tipo de fraude por ahí. Traté de explicarle a la camarera: 'No, de verdad, yo creo que he estado pagando mis cuentas'", dijo sobre su embarazosa experiencia en el restaurante Estela, en la zona del 'downtown' de Manhattan.

"Resultó que no la uso lo suficiente", explicó Obama ante la Oficina de Protección Financiera al Consumidor el viernes en Washington, donde firmó un decreto para reforzar las medidas de seguridad de las tarjetas de crédito gubernamentales. Por suerte para Obama, su mujer Michelle se sacó del bolso otra tarjeta con la que saldar la factura.

Según la información proporcionada 'online' por el restaurante, la pareja presidencial cenó burrata con salsa verde, más una ensalada de endivias con nueces y anchoas.