Representantes de más de 50 estados y organizaciones, y 200 supervivientes del Holocausto recordaron este lunes en el memorial de Auschwitz-Birkenau la liberación hace 75 años del mayor campo de exterminio nazi. El 27 de enero de 1945, unidades del ejército soviético encontraban los restos de lo que había sido el mayor centro de aniquilación de judíos europeos y de otras minorías del Viejo Continente, así como de opositores y combatientes contra el régimen nacionalsocialista.

En lo que hoy es un memorial, los soldadores del Ejército Rojo encontraron entonces unos cuantos miles de supervivientes que los miembros de la SS habían dejado tras de sí huyendo del avance de las tropas enemigas. Pese a los intentos de eliminar las pruebas del genocidio, el asesinato sistemático de judíos, gitanos, opositores políticos o prisioneros de guerra ha podido ser ampliamente documentado tanto a través de documentos oficiales como de testimonios de supervivientes y fotografías.

El acto de este lunes, celebrado en el memorial a cielo abierto situado en el sur de Polonia, busca mantener viva la memoria sobre el primer genocidio de carácter industrial de la historia de la humanidad.

Renacer ultranacionalista

La conmemoración de este año viene, sin embargo, marcada por un renacer de las tendencias ultranacionalistas y revisionistas en el Viejo Continente: en las últimas elecciones al Parlamento Europeo, las fuerzas ultraderechistas obtuvieron sus mejores resultados desde que se celebran esos comicios, un nuevo aviso sobre el avance de posiciones que parecían desterradas de la primera línea política europea. La víspera de la conmemoración estuvo marcada, no en vano, por numerosos recordatorios de que si Auschwitz ocurrió una vez, podría volver a ocurrir.

No queremos olvidar ni olvidaremos vuestro sufrimiento. Este recuerdo es, sin embargo, también una advertencia: quien conoce el camino hacia la barbarie de Auschwitz tiene que oponerse a sus inicios. Esto forma parte de la responsabilidad de quien no conoce punto final. Así lo escribió el presidente federal alemán, Frank-Walter Steinmeier, en el libro de visitas de Auschwitz-Birkenau.

Cuestión de Estado

Previamente se había reunido con supervivientes del campo de exterminio. No olvidar que los crímenes cometidos en Auschwitz fueron responsabilidad fundamentalmente alemana es razón de estado de la República Federal desde su fundación en 1949. Steinmeier habló abiertamente durante su visita al memorial de la culpa alemana, como informaban periodistas alemanes que acompañaron al presidente federal.

El máximo representante de la delegación alemana visitaba por primera vez Auschwitz. Su firma en el libro de visitas hace referencia indirecta al ciclo político que vive Europa, marcado por el 'revival' ultra del que Alemania tampoco escapa: desde 2017, el tercer partido del Bundestag es Alternativa para Alemania (AfD), una formación ultraderechista con integrantes que relativizan los crímenes nazis y coquetean con posiciones neonazis.

Conservar la memoria

El presidente de Polonia, Andrzej Duda, fue el único representante de un estado que intervino en la ceremonia, en la que el principal protagonismo fue concedido a los supervivientes. Es mi privilegio conservar la memoria en la República de Polonia y proteger la verdad sobre lo ocurrido, dijo Duda. La verdad sobre el Holocausto no puede morir. El recuerdo de Auschwitz tiene que permanecer para que nunca se vuelva a repetir.

Las palabras de Duda tuvieron como inevitable telón de fondo los actuales roces diplomáticos entre Moscú y Varsovia sobre el responsabilidad de Polonia en el Holocausto, y también los intentos del actual Gobierno polaco del ultranacionalista PiS (partido Ley y Justicia) de desvincular por ley a Polonia del genocidio.