La nueva propuesta de ley sanitaria impulsada por la Administración de Donald Trump, la llamada 'Trumpcare' que debía sustituir al programa de salud Obamacare se ha quedado sin opciones de progresar en el Senado después de que otros dos legisladores republicanos anunciaran su oposición al texto, con lo que han dejado en minoría a la bancada conservadora.

El revés no ha parecido hacer mella en Donald Trump, que, vía Twitter, ha pedido al Partido Republicano que derogue la reforma sanitaria de Barack Obama Obamacare aunque no se haya aprobado un programa alternativo. "Los republicanos deberían simplemente derogar el fallido Obamacare y trabajar desde cero en un nuevo plan de salud. ¡Los demócratas se sumarán", ha escrito en un tuit.

Los senadores que este lunes han rechazado la reforma sanitaria de Trump han sido Mike Lee (representante de Utah) y Jerry Moran(Kansas), que se han sumado así a Susan Collins y Rand Paul. Además de estos cuatro republicanos que se han opuesto abiertamente a la reforma de Trump, hay una decena de legisladores que han expresado dudas sobre la nueva propuesta, como Ron Johnson.

Los anuncios de Lee y Moran llegan después de que el liderazgo republicano en el Senado decidiera posponer su votación, prevista para esta semana, debido a la ausencia del senador John McCain, quien se recupera de una cirugía en el ojo.

Con la oposición de los cuatro republicanos y los 48 senadores demócratas unidos en bloque en contra la derogación de Obamacare, los votos favorables a la nueva propuesta quedarían por debajo de los 50 necesarios para aprobarla.

RECORTES A LOS MÁS POBRES

Esta era la segunda propuesta que los republicanos llevaban al Senado, después de que la oposición de sus senadores más conservadores y más moderados forzase retirar la primera versión en junio. Al igual que la anterior, la ley contemplaba fuertes recortes a las ayudas para el programa de acceso sanitario a los más pobres, conocido como Medicaid, algo que rechazan los senadores republicanos más centristas.

La nueva versión proporcionaba aproximadamente 70.000 millones de dólares en fondos adicionales que los estados podrían usar para ayudar a reducir las primas de los seguros médicos, mantener bajos los costes y hacer que el cuidado de la salud sea más asequible.

También se incluía una enmienda que permitía a las aseguradoras ofrecer planes que no cumplan con todas las regulaciones de Obamacare, incluida la obligación relativa a las enfermedades preexistentes.

El líder demócrata en el Senado, Charles Schumer, ha señalado que el "segundo fracaso" de los republicanos en aprobar su propio texto demuestra que "el núcleo de la propuesta es inviable" y les ha invitado a trabajar juntos en una ley duradera que reduzca las primas y mejore el sistema.

Según los estudios de la Oficina de Presupuesto no partidista del Congreso (CBO, en inglés), entre 22 y 24 millones de personas perderían su cobertura de salud en los próximos diez años con las propuestas conservadoras.