Las dos rehenes italianas que estuvieron 21 días secuestradas en Irak temieron por su vida hasta el último momento. "El miedo a ser asesinadas estuvo presente todo el tiempo, hasta el momento en que nos subimos al avión", explicó ayer Simona Torreta, en Roma, junto a su compañera, Simona Pari.

Mientras, el congreso de los laboristas británicos concluyó ayer con una esperada derrota de los militantes opuestos a la guerra de Irak. Tras arduas maniobras, la directiva del partido logró derrotar la moción que pedía al primer ministro, Tony Blair, la retirada de las tropas.