El progresista Matteo Renzi recibió anoche el voto de confianza del Senado a su Ejecutivo de coalición. Antes de la votación, el primer ministro había esbozado las líneas generales de su programa: la educación en primer lugar, porque solo a través de ella «un país se vuelve a poner en marcha», seguido por el «pago total» de las deudas de la Administración con los particulares «porque así se vuelven a poner en marcha las pymes». Por último, la disminución del 10% de los impuestos que gravan los sueldos de los asalariados.

A pesar de que Renzi recibió muchas críticas de la oposición de la Liga del Norte y Forza Italia de Silvio Berlusconi, el Senado le dio su apoyo con 169 votos a favor, frente a 139.

A las tres medidas seguirán «antes de julio», cuando Italia asuma la presidencia de turno de la UE, la reforma de la Administración, del fisco y la supresión del Senado, transformándola en una Cámara territorial con alcaldes y presidentes autonómicos, que no cobrarán ningún sueldo por el cargo. «El Gobierno os pide un voto de confianza para un cambio radical», añadió.

Improvisó durante más de una hora, intentando convencer a los senadores de que «Europa no es la madre de nuestros males».

POTENCIAR LA CULTURA / «Ser italiano es un don, en cualquier país del mundo, y aunque la belleza no salve el planeta, puede salvar las exportaciones», remató al explicar el papel de la cultura en su programa.

Renzi se declaró favorable a conceder la nacionalidad a los que hayan nacido en Italia - «una vez que hayan terminado el primer ciclo escolar»- y en el tema de las parejas de hecho brindó un compromiso con la oposición, radicalmente contraria a su reconocimiento.